II.

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Al día siguiente, Kinn y Porsche comieron conmigo. Yo tenía toda la intención de sentarme solo, pero a medida que los estudiantes empezaron a llenar la cafetería, tanto los compañeros de fraternidad de Kinn como los del equipo de fútbol ocuparon las sillas a mi alrededor. Algunos de ellos habían estado en la pelea, pero ninguno mencionó mi experiencia al borde del cuadrilátero.

   — Kinn — llamó una voz de paso.

Kinn asintió con la cabeza , Porsche y yo nos dimos la vuelta y vimos a Vegas mientras tomaba asiento al final de la mesa. Dos exuberantes rubias con blusas extremadamente escotadas lo seguían. Una de ellas se sentó en el regazo de Vegas, mientras que la otra se sentó junto a él y aprovechó para toquetearle la camisa.

   — Me están entrando ganas de vomitar — murmuró Porsche.

La rubia en el regazo de Vegas se volvió hacia el.

   — Te escuche , estupido.

Porsche agarró su bocadillo, lo lanzó al otro lado de la mesa y estuvo a punto de alcanzar la cara de la chica. Antes de que pudiera decir una palabra mas, Vegas relajó las rodillas y la mando al suelo.

   — !Ay ! — Chilló ella, levantando la mirada hacia Vegas.
   — Porsche es amigo mío. Tendrás que buscarte otro regazo.
  — !Vegas! — gimió la chica mientras se ponía de pie.

Vegas volvió su atención al plató, ignorándola. Ella miro a su hermana y resoplo, luego las dos se fueron tomadas de la mano. Como si nada hubiera pasado, Vegas le guiño el ojo a Porsche y tomo otro bocado de su plato. Fue entonces cuando me di cuenta de un pequeño corte en su ceja. Intercambio miradas con Kinn y después de eso se puso a hablar con un chico del equipo de fútbol que tenía enfrente.

Cuando la mesa se despejó, Porsche, Kinn y yo nos quedamos a hablar sobre los planes para el fin de semana. Vegas se levantó para irse, pero se detuvo en la cabecera de nuestra mesa.

   — Que? — preguntó Kinn en voz alta, llevándose una mano al oído.

Trate de ignorarlo todo lo que pude, pero cuando levante la mirada, Vegas tenía los ojos clavados en mi.

   — Ya lo conoces , Vegas . Te acuerdas del mejor amigo de Porsche? Estaba con nosotros anoche — dijo Kinn

Vegas me sonrió con la que supuse que debía ser su sonrisa más encantadora. Rezumaba sexo y rebeldía con su pelo largo y negro y los brazos descubiertos, y yo puse los ojos en blanco frente a su intento de seducción.

   — Desde cuando tienes un mejor amigo, Porsche? — preguntó Vegas.
   — Desde tercero de secundaria — contestó el, apretando los labios mientras sonreía hacia mi.
   — No te acuerdas, Vegas? Le estropeaste la sudadera.

Vegas sonrió.

   — Estropeó mucha ropa.
   — Asqueroso — murmure.

Vegas giró la silla vacía a mi lado y se sentó, apoyando los brazos delante.

   — Así que tú eres el chico bonito, eh?
   — No — dije bruscamente — tengo un nombre.

El modo en que me dirigía a él parecía divertirlo, y eso solo hizo que me enfadara más.

   —Ah si? Y cuál es? — preguntó.

Lo ignore y di un mordisco al último trozo de manzana que me quedaba.

   — Entonces te llamas Chico bonito — dijo, encogiéndose los hombros.

VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora