III.

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Deje la mochila en el suelo y me derrumbe en la silla antes de agacharme para sacar mi portátil de la mochila. Cuando me incorpore para dejarlo en la mesa, Vegas se sentó en la mesa de al lado.

   — Bien. Puedes tomar apuntes por mi — dijo.

Mordió el lápiz que llevaba en la boca y lució su mejor sonrisa.

Lo mire con desprecio.

   — Ni siquiera estás en esta clase.
   — Como que no. Suelo sentarme allí, al fondo — dijo, y señaló con la cabeza la fila de arriba. Un pequeño grupo de chicas me miraba fijamente y vi una silla vacía en medio.
   — No voy a tomar apuntes por ti — aclare mientras encendía el portátil.

Vegas se inclinó de tal manera que podía sentir su aliento sobre mi mejilla.

   — Lo ciento... He dicho algo que te ofenda? — suspire y negué con la cabeza — Entonces, que problema tienes?.

Mantuve la voz baja.

   — No voy a acostarme contigo. Deberías dejarlo ya.

Una sonrisa cruzó lentamente su cara antes de hablar.

   — No te eh pedido que te acostaras conmigo — Se quedo pensando, mirando fijamente al techo — Verdad?
   — No soy un clon de Barbie o una de tus groupies de allí — le dije mientras echaba un vistazo a las chicas de atrás — No me impresionas con tus encantos o tu indiferencia estudiada. Por qué no dejas ya tus numeritos?
   — De acuerdo, bonito — era totalmente inmune a mis rechazos — Por que no te vienes con Porsche esta noche?

Me reí de su petición, pero él se acercó más.

   — No intentó tener sexo contigo, solo quiero pasar el rato.
   — Como consigues acostarte con alguien si le hablas de esta manera?

Vegas se echó a reír, sacudiendo la cabeza.

   — Ven y ya está. Ni siquiera intentaré coquetear contigo, te lo prometo.
   — Lo pensaré.

El profesor entró pausadamente, y Vegas volvió la mirada al frente del aula. Una sonrisa esbozada, que permanecía en su rostro, le marcaba un hoyuelo en la mejilla. Cuanto más sonreía, más ganas tenia de odiarlo y, aún así, eso era precisamente lo que me hacía imposible odiarlo.

   — Alguien sabe decirme que presidente tenía una mujer bizca que padecía de fetitis aguda? — preguntó el profesor.
   — Asegúrate de tenerlo apuntado — susurro Vegas — me hará falta para las entrevistas de trabajo.
   — Shhh! — dije mientras tecleaba las palabras del profesor.

Vegas sonreía, relajado en su silla. Durante el tiempo que duro la clase, bostezaba o se apoyaba en mi brazo para mirar la pantalla. Trate de ignorarlo con todas mis fuerzas, pero su proximidad y los músculos abultados de sus brazos me lo ponían difícil. Después, se puso a juguetear con la pulsera de cuero negro de su muñeca hasta que el profesor nos dejó irnos. Salí corriendo por la puerta y atravesé el pasillo. Justo cuando ya me sentía a una distancia segura. Vegas apareció a mi lado.

   — Ya lo has pensado? — pregunto mientras se colocaba las gafas de sol.

Un chico se planteó delante de nosotros, con los ojos como platos y llenos de esperanza.

   — Hola, Vegas — canturreó, mientras jugaba con su pelo.

Me detuve, intentando esquivar su voz melosa, y se fue andando después de rodearlo. Ya lo había visto antes, hablando de manera normal en las zonas compartidas de los dormitorios de los chicos : Tawan. Su tono de voz entonces parecía mucho más maduro y me pregunté por qué creería que a Vegas le parecería atractiva esa vocecita de niño. Balbuceó en una octava un poco más alta, hasta que él volvió a ponerse a mi lado.

Después de sacar un encendedor del bolsillo, se encendió un cigarrillo y soltó una espesa nube de humo.

   — Por donde iba? Ah si ... estabas pensando.

Hice una mueca.

   — De qué estás hablando?
   — Has decidido si vas a venir?
   — Si digo que si. Dejarás de seguirme?

Consideró mi condición y después asintió.

   — Si.
   — Entonces iré.
   — Cuando?

Solté un suspiro.

   — Está noche. Iré esta noche.
   — Genial, nos vemos luego, bonito.

Doble la esquina y me encontré a Porsche de pie con Arm , fuera de nuestro dormitorio. Los tres habíamos acabado en la misma mesa en la sesión de orientación para los estudiantes de primer año, y sabia que sería la tercera rueda de nuestra bien engrasada máquina. No era excesivamente alto, tenía unos ojos redondos que compensaban sus rasgos finos acompañados de unos lentes y normalmente llevaba el pelo peinado con una cresta hacía delante.

   — Vegas Theerapanyakul? Por Dios, Pete. Desde cuando te aventuras por aguas tan peligrosas? — dijo Arm con mirada de desaprobación.

Porsche se saco el chicle de la boca formando un largo hilo.

   — Si intentas ahuyentarlo solo vas a empeorar las cosas. No está acostumbrado a eso.
   — Y que me sugieres que haga? Acostarme con el?

Porsche se encogió de hombros.

   — Ahorraría tiempo.
   — Le eh dicho que iría a su casa esta noche.

Arm y Porsche intercambiaron miradas.

   — Que?
   — Me prometió que dejaría de molestarme si decía que si. Tu estarás en su casa esta noche, no?
   — Pues si — dijo Porsche — De verdad vas a ir?

Sonreí, y los dejé para entrar en los dormitorios, preguntándome si Vegas haría honor a su promesa de no coquetear conmigo. No era difícil leerlo o bien me veía como un reto o cómo lo suficientemente poco atractivo como para ser un buen amigo. No estaba seguro de que opción me molestaba más.

Cuatro horas después, Porsche llamó a mi puerta para llevarme a casa de Kinn y Vegas. Cuando salí al pasillo no se contuvo.

   — !Por Dios, Pete! Que te paso!



Si existe algun error ortográfico me lo hacen saber , graciasss

VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora