— Se que estoy borracho, y acabamos de tener una enorme pelea por esto, pero....— No voy a acostarme contigo, así que deja de pedírmelo — dijo, todavía de espaldas a mi.
— ¿Que? ¡No! — grite.Vegas se rio y se volteó para mirarme, con una expresión de ternura.
— ¿Que pasa, Pete?
Suspire.
— Esto — dije, apoyando la cabeza sobre su pecho y estirando el brazo por encima de él, acurrucándome tan cerca como pude.
Se puso tenso y levantó las manos, como si no supiera cómo reaccionar.
— Estás borracho.
— Lo se — dije, demasiado ebrio como para avergonzarme.Se relajó y me puso una mano sobre la espalda y otra sobre el pelo aún mojado, después apretó los labios contra mi frente.
— Eres el hombre más confuso que he conocido.
— Es lo menos que puedes hacer después de espantar al único chico que se me ha acercado hoy.
— ¿Te refieres a Time, el agresor? Si, te debo una.
— No importa — dije, sintiendo el inicio de un rechazo.Me cogio el brazo y lo sujetó contra su estómago para evitar que lo apartara.
— No, lo digo en serio. Tienes que tener más cuidado. Si no hubiera estado allí.... Ni siquiera quiero pensar en ello. ¿Y ahora esperas que me disculpe por hacer que te dejara en paz?
— No quiero que te disculpes. Ni siquiera se trata de eso.
— Entonces ¿qué pasa? — me pregunto, buscando mis ojos.Su cara estaba a escasos centímetros de la mía y podía notar su aliento en mis labios.
Fruncí el ceño.
— Estoy borracho, Vegas. Es la única excusa que tengo.
— ¿Quieres que te abrace hasta que te quedes dormido? — no respondí y él se movió para mirarme directamente a los ojos — Debería decir que no para corroborar mi postura — dijo, arqueando las cejas — Pero después me odiaría si me negara y no volvieras a pedírmelo.Apoye mi mejilla en su pecho, y el me abrazo más fuerte, suspirando.
— No necesitas ninguna excusa, Pete. Solo tienes que pedirlo.
Entrecerré lo ojos por la luz del sol que entraba por la ventana y entonces la alarma resonó en mis oídos. Vegas seguía dormido, rodeándome todavía con sus brazos y piernas. Conseguí liberar un brazo para parar el despertador.
Después de frotarme la cara, lo mire. Estaba durmiendo sonoramente a dos centímetros de mi cara.
— Oh, Dios mío — susurre, preguntándome cómo habíamos llegado a estar tan entrelazados. Respire hondo y contuve la respiración mientras intentaba liberarme.
— No te muevas, Pete, estoy durmiendo — murmuro, apretándome contra el.Después de varios intentos, finalmente conseguí soltarme, y me senté al borde de la cama, mirando hacia atrás para ver su cuerpo medio desnudo envuelto entre las sábanas, lo observo durante un momento y suspire. Los límites empezaban a difuminarse, y era culpa mía.
Su mano se deslizó sobre las sábanas hasta tocarme los dedos.
— ¿Que pasa, Pete? — dijo el, con los ojos apenas abiertos.
— Voy por un vaso de agua. ¿Quieres algo?Vegas dijo no con la cabeza, cerró los ojos y pegó la mejilla al colchón.
— Buenos días, Pete — dijo Kinn desde el sillón cuando doble la esquina.
— ¿Donde está Porsche?
— Sigue dormido. ¿Qué haces despierto tan temprano? — preguntó el, mirando su reloj.
— Ha sonado el despertador, pero siempre me despierto temprano después de beber. Es una maldición.
— Yo también — asintió el.
— Es mejor que despiertes a Porsche. Tenemos clase dentro de una hora — dije, mientras abría el grifo y me inclinaba para beber.Kinn asintió.
— Pensaba dejarlo dormir.
— No lo hagas. Se enojara si se pierde la clase.
— Ah — dijo el, levantándose — Entonces es mejor que lo despierte.Se dio media vuelta.
— Oye, Pete.
— ¿Si?
— No se qué hay entre Vegas y tú, pero se que hará algo estupido para enojarte. Es un tic que tiene. No se acerca a nadie muy a menudo, y por la razón que sea, contigo lo ha echo. Pero tienes que perdonarle sus demonios. Es la única forma que tiene de saberlo.
— ¿Saber que? — pregunté, levantando una ceja por su discurso melodramático.
— Si podrás trepar el muro — respondió simplemente.Sacudí la cabeza y me reí.
— Lo que tú digas, Kinn.
Kinn se encogió los hombros y desapareció en su dormitorio. Oí unos suaves murmullos, un gruñido de protesta y después la risa dulce de Porsche.
Removí la avena en mi plato y añadí un poco de chocolate directamente del bote.
— Eso es asqueroso, Pete — dijo Vegas, vestido solo con un par de bóxers de cuadros negros.
Se froto los ojos y saco una caja de cereales del armario.
— Buenos para ti también — dije, cerrando de una palmadita la tapa de la botella.
— Eh oído que se acerca tu cumpleaños. El último de tus años de adolescencia — bromeó, con los ojos hinchados y rojos.
— Si...., bueno, no me van los cumpleaños. Creo que Porsche piensa llevarme a cenar o algo así — sonreí — Puedes unirte si quieres.
— Está bien — dijo encogiéndose de hombros — ¿Es dentro de una semana desde el domingo?
— Si. ¿Y cuando es el tuyo?Vertió leche y hundió los cereales con la cuchara.
— En diciembre. El 25 de diciembre.
— ¿Me estás mintiendo?
— No, lo digo enserio — dijo el, mientras masticaba.
— ¿Tu cumpleaños es en navidad? — pregunté de nuevo, arqueando una ceja.Se rio.
— ¡Si! Vas a llegar tarde. Será mejor que te vistas.
— Porsche me va llevar en su auto.Estaba seguro de que estaba haciendo intencionalmente frío cuando se limitó a encogerse de hombros.
— Yo te llevo — dijo el, volviéndose de espaldas para acabarse los cereales.
Escenas para recordar, gracias por seguir la historia <3333
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VegasPete
FanfictionEsta historia no me pertenece , es una adaptación de un libro que leí de adolescente , espero lo disfruten. Adaptación sin fines de lucro.