8. Una vez más

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Sé que hay cosas que aclarar. No se tienen que aclarar....No me importa, sigue igual...

- Porque todavía podemos decir una vez más - PXNDX -

 

En la actualidad.

Nos recostamos en el suelo desnudo, porque la alfombra se fue con él.

Nos enroscamos uno contra el otro como si nunca nos hubiéramos separado.

Apoyo mi cabeza en su pecho y lo siento respirar mientras sus manos se deslizan por mi pelo.

Mete dos dedos debajo de mi mentón y sube mi cara para que lo mire a los ojos.

Esos ojos que solía ver risueños, o apagados por el sueño luego de video llamadas en las que nos amábamos a la distancia, solo parecen infinitamente nostálgicos detrás de los cristales de sus lentes.

Creo que me quiere decir algo, y me preparo, porque este es un hombre particularmente virtuoso con las palabras, y sé que cualquier cosa que me diga va a entrar a mis poros y nunca va a salir otra vez.

Pero todo lo que hace es inclinarse y besarme despacio.

Su boca es gentil sobre la mía, como si estuviera tratando de decirme lo mucho que ama. Lo mucho que ya me extraña a pesar de que aún estamos aquí.

La caricia de su lengua es dulce y melancólica, a pesar de que sus manos se cierran en mi cintura y me trae más cerca, como si no soportara la idea de que nuestros cuerpos existan de otro modo que no sea juntos.

Me sube encima de él, y deslizo los dedos por su pelo, que ahora mismo está muy corto.

Siento su corazón latir contra mi pecho, mientras él mete las manos bajo la camiseta suya que tengo puesta y toca mis vértebras juguetonamente.

Su tacto hace que mi piel se llene de energía, como un millón de chispas pequeñitas de pura magia que saltan sobre mis poros.

Rompe el beso, y corre mi pelo detrás de mi oreja.

- Una vez más, amor mío. Una vez más – Me dice en un susurro

- ¿Una vez más?

- Vamos a intentarlo una vez más

Quiero reírme de lo absolutamente insensato que es lo que me está pidiendo, y de lo aún más ridículo que se escucha que justamente él, la persona más analítica, centrada y realista del mundo, esté siendo absurdo.

Nuestra casa ya ha sido desmontada.

Nosotros mismos somos solo pedazos de aquellos que solían soñar juntos.

Nos rompimos en fragmentos tan pequeños que el viento ha empezado a llevarse las partes, y nunca vamos a ser capaces de completarnos de nuevo.

Pero todo eso da igual, porque mis dedos están en su pelo y su mano acuna mi mejilla con la misma dulzura del primer beso.

A veces, el amor es muy insensato.

- Una vez más – Asiento.

Y aunque solo quedan los escombros de nosotros, volvemos a empezar. 

La mudanza » NathmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora