17. Vernos

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Volverte a ver es todo lo que quiero hacer, volverte a ver para poderme reponer...

- Volverte a ver - Juanes -

4 meses después.

Me suena el celular cuando estoy saliendo de la ducha, así que la llamada se pierde.

Vuelve a sonar.

Me envuelvo en una toalla mientras me acerco a la mesa de noche de mi habitación de hotel y lo levanto para contestar.

Se me cae cuando veo su nombre en la pantalla.

Cae sobre una esquinita y la pantalla se astilla, pero no me importa.

El corazón me late tan fuerte que no soy capaz de coordinar mis movimientos, y me toma una eternidad inclinarme de nuevo para recogerlo.

La llamada se pierde otra vez.

Me lanzo a recoger el celular esperando que suene otra vez, pero ya no lo hace.

Dejo que pasen unos minutos, pero cuando se hace obvio que no llamará de vuelta, lo llamo yo.

- Hola, Nathalia - Me saluda en cuanto descuelga

Y una bomba nuclear me estalla en el pecho.

Casi nadie dice mi nombre completo, excepto él. Mi nombre nunca sonó tan bonito, como una canción querida que vuelves a oír luego de mucho tiempo, y te recuerda una avalancha de momentos felices que pasaron mientras la oías.

- Hola - Respondo en voz baja

- Yo... - Titubea. Se queda callado

- ¿Tú....?

- Lo siento, estoy muy nervioso - Se excusa con una risita - Yo...es... - Gruñe - Mira, sé que ya estás en Bogotá para la boda de Martín, y todo el mundo está conspirando de manera ridícula para el momento en el que nos veamos. Solo...No quiero a mi mamá, o a nuestros amigos, o al que sea, metido en nuestro primer encuentro luego de....todo. Así que...

Se calla de nuevo.

Suelto una risita.

- Tu hermano nos quiere juntar - Observo

- Y mi mamá no quiere que nos veamos - Gruñe - Los odio a todos. ¿Podemos vernos y tomar un café antes de todo el escándalo de la boda y solo...? No sé. Ni siquiera sé. ¿Podemos vernos y ya?

Quiero decirle que no tiene sentido.

Que la nuestra fue la única relación sana que tuve en mi vida, y que debería quedarse así.

Que vernos nos va a abrir la herida, y ser tóxicos es todo lo contrario a lo que somos.

Que deberíamos soltarnos bien y nada más.

Pero la boda es en cuatro días, y no puedo verlo por primera vez luego de tanto tiempo en una maldita boda.

- ¿En ese café que queda cerca a nuestro castillo?

Digo "nuestro castillo" como si todavía fuera nuestra casa.

Como si quedara algo nuestro.

Él suspira.

- Lo cerraron - Comenta con tristeza. Mi corazón duele por la pequeña pérdida de otra cosa nuestra que también se ha ido - Pero conozco otro lugar. Te pasaré la dirección

- Vale. ¿A las 4?

- Si, a las 4. Te.... - Se interrumpe en el último segundo, antes de "te amo" que siempre iba al final de todas nuestras llamadas. Se aclara la garganta - Te veo en un rato - Corrige a final

- Vale. Yo también te....

No lo termino.

Le cuelgo.

Y me lo imagino sonriendo.

La mudanza » NathmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora