9. De cero

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Ya no tendremos que empezar de cero, porque tú fuiste mi punto y aparte....

- De cero - Morat - 

En la actualidad.

- ¿Qué vamos a hacer? – Le pregunto muy bajito, porque no quiero que este momento se acabe.

Roza su boca con la mía, y su barba me hace cosquillas.

Me río.

Él se ríe conmigo, y sus ojos se vuelven chiquitos.

Me enamoré de él mientras sonreía justo así, y siento que ese amor no ha hecho más que crecer exponencialmente con cada momento que hemos compartido juntos.

Entrelaza sus dedos con los míos y levanta nuestras manos.

El bombillo del techo cuelga desnudo, porque la lámpara ya no está, pero mi anillo de compromiso con su coqueta piedra roja funky atrapa los rayos de la luz amarilla desnuda y los devuelve en destellos.

- No estoy seguro – Admite con una risita como de niño pillo.

Me hace reír, porque suele ser más estructurado que esto.

No es de tomarse cosas tan importantes a la ligera, y todo mi cuerpo se siente lleno de brillo porque sé que está haciendo esto por mí.

Porque no quiere dejarme, a pesar de que hay un millón de razones para hacerlo.

- Ya no tenemos casa – Me quejo

- No – Dice, y se ríe de nuevo. Hago un mohín

- No quiero que tengamos que irnos de nuestro castillo, y otra gente viva acá – Reniego

- No podemos hacer mucho sobre eso – Se disculpa

- Además, te llevaste mi lámpara

- Sip – Dice, todo alegre

- ¡Devuélveme mi lámpara! – Exclamo

- Nop – Me dice con una sonrisa – Me llevé muchas cosas tuyas, así tenía excusas para volverte a ver cuando te las devolviera una por una – Admite como si tal cosa.

Escondo la cabeza en su pecho y me estrecho contra él, porque eso es tan infantil, tonto e impropio de él que siento que me derrito.

Es difícil no dudar de lo profundamente que nos queremos mientras elegíamos separarnos, y nuestra casa se iba quedando vacía, como si con cada caja que llenábamos le quitáramos un pedazo a nuestro amor.

Pero resulta ser que, a pesar de toda su decisión, siempre estuvo deseando volver a verme.

No sé si es lo más tóxico y demente que he oído, o lo más hermoso.

Pero la cuestión es que hoy estamos aquí, y no tenemos más ganas de separarnos que el día que tomamos esa decisión.

- ¿Vas a devolvérmela ahora? – Le pido

- Nah, por si cambias de opinión – Dice tranquilamente – Se que hay muchas cosas que cambiaron, y que todo es muy incierto ahora mismo, pero te amo mucho. Así que vamos a empezar de cero, y volver a conocernos de nuevo, con nuestros demonios bien expuestos. Y si nos gusta, nos quedamos, y construimos desde ahí

Me parece que nuestros demonios ya están bastante afuera, pero entiendo qué quiere decir.

Lo que tenemos que lograr es que sus demonios y los míos convivan, y nos dejen tener un futuro.

- Entonces....¿quieres ser mi novia por segunda vez? – Me pregunta

Tengo su anillo de compromiso todavía en mi dedo.

Ser su novia de nuevo parece un retroceso, pero a la vez habla de esperanza, y de creer un poco que el amor es más fuerte.

Así que le digo que sí. 

La mudanza » NathmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora