She is my Queen.

9- "La futura Reina"

¿Que si tenía miedo? No. Por supuesto que no.

¿Que si estaba aterrada? Absolutamente.

¿Lo peor? Por primera vez en mi vida no se que hacer ahora que estoy asustada. Y es que... En realidad no temo por mi. Sino por los demás. Esa es la verdad. Desde que llegué aquí me propuse a ser una mejor persona. Dejar atrás esas cosas que me convertían en la "Lena Iceberg Luthor". Una de esas cosas era mi narcisismo y el apego equitativo.

Aún estábamos en la sala en dónde Kara y los demás nos encontraron. Yo estaba sentada, así como los demás. Mientras que la única que tenía permitido estar de pie era Kara. En realidad, yo estaba sentada mientras que los demás estaban sobre sus rodillas y miraban al suelo. La única que tenía permitido ver a Kara era yo.

Era incómodo el asunto, pero no debía meterme en los asuntos de Kara. Además de que llevo acostumbrándome y repitiendome que este no es mi planeta y las costumbres son otras.

Kara caminaba de un lado a otro, Octavia había relatado lo sucedido hace casi 15 minutos. Y Kara aún seguía caminando como una maldita lunática. Astra y Lexa tuvieron que llevarse al hombre inconciente cuando Kara lo miró con ganas de asesinarlo ahí mismo.

Ustedes se preguntaran por qué tengo miedo. Y es que... A pesar de que ya otras veces he visto a Kara perder los estribos, nunca antes la había visto de esta manera. Su actitud había cambiado desde el momento en que Octavia dijo que ese hombre quiso poner una mano encima de mi.

Su rostro fue muy serio. Sus pupilas se dilataron y creo que pude ver sus ojos cambiar de color. Su actitud corporal había cambiado de inmediato, de una más tensa, erguida y orgullosa. Era imponente.

Pasaba constantemente sus manos por sus rizos rubios y murmuraba como una paranóica. En ningún momento me miró a los ojos, solo caminaba de un lado a otro. Y es por eso que tenía miedo. Era Kara después de todo, era una maldita caja de sorpresas.

—¿Que vas a hacer? –hable por fin, Kara siguió caminando y pude ver a los líderes removerse incomodos. —Kara... ¿podrías dejar de caminar como una lunática? ¿Y podrías mirarme? –segui hablando, ella seguía en su mundo.

Respire hondo. Una de las cosas que más odiaba era que no me prestaran atención. O sea, mis padres más de una vez dejaron de lado cosas importantes para escúcharme hablar por no sé cuántas veces, sobre el ciclo de la vida de las abejas, como para que cualquier imbécil tenga el descaro de ignorarme cuando no hay nada más importante que yo.

—¿Kara...? –Nada.

Okay, ella lo quizo así.

—Kara Zor-El. No llegas a prestarme atención en los próximos 15 segundos y juro que romperemos nuestro maldito compromiso no concretado. –el efecto de mis palabras fue de inmediato.

Frenó en el acto. Parecía una maldita estatua y la manera en que su cuerpo se puso más rígido aún (si es que eso era posible), y miraba un punto fijo como si fuera lo más interesante. Se había quitado su capa para no tropezar con ella cada que daba una vuelta por la habitación.

No sabía que pasaba por su cabeza y eso me preocupaba.

—¿Kara...? –trate de levantarme pero una fuerza superior me retuvo levemente.

—¿Que dijiste? –trague en seco ante su tono de voz.

Sonaba ronca, quizás por el tiempo que llevaba sin hablar. Su voz tenía su acento más marcado aún, además de que su garganta se onduló de una manera impresionante, como si ella estuviera reteniendo un grito, lo más seguro que está sucediendo.

—¿Qué. Fue. Lo. Que. Dijiste.? –repitio lentamente mientras giraba con la misma lentitud que acentuaba sus palabras.

«Ahí fue cuando Cell, sintió el verdadero terror.» La voz de mi mente habló y tuve que retener la carcajada ante lo absurdo que era esto. Kara pareció notar eso y no le gustó para nada porque su mirada se oscureció mucho y se acercó con demasiada rapidez hasta que nuestras respiraciones se juntaron. Tuve que retener mi gritito de miedo y mi jadeo sorprendido.