13-"Juicio."

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Mire mi reflejo en el espejo y solté un profundo suspiro ante la imagen que recibía. No era ni de cerca a lo que era en la tierra. En mi hogar.

En primer lugar, desde que mis padres murieron tuve que hacer un cambio radical en mi vida. Y eso fue tanto en mi actitud como en mi físico y gustos.

Cuando tome el mando de la empresa familiar, a mis 20 años, tuve que verme obligada a cambiar también. Inconcientemente lo hice, solo por el mundo de los negocios. Quería que me tomaran encerio y si quería lograrlo debía de comportarme y verme como una mujer.

Hayley siempre me dijo que yo no estaba en la obligación de agradarle a nadie, que yo podría ser lo que quisiera ser y ella siempre me apoyaría en todo y estaría a mi lado, después de todo siempre sería su hermanita. Pero lo que Hayley no sabía era que ella no podía protegerme de mi misma. Ella siempre me defendia y se encargaba de mi bienestar, tanto físico como mental. Pero nunca supo lo que en realidad sucedía en mi. Nunca lo notó.

Yo solamente era lo que ella quería en esos momentos. Ella ya tenía demasiados problemas como para yo ser uno más. Así que simplemente me suprimi y me dedique a ser lo que los demás necesitaban. Nunca me senti con el derecho de exigir cuando ya me habían dado lo suficiente.

Solo tenía que sonreír y fingir. Solo eso, ¿que tan difícil sería?

Siempre me decía eso. Siempre me motivaba diciendo que no era nada para mí, para Lena. Con el tiempo me di de cuenta de que Lena no era suficiente para los demás, de que siempre debía ser algo más, algo mejor. Comenzó en la escuela. Los profesores comenzaron a exigirme aún más.

Vieron mi potencial en las matemáticas, ciencias y estrategias y quisieron "explotarlo". Si antes cuando mis padres vivían era buena porque quería hacerlos sentir orgullosos, después de la muerte de ellos simplemente me exigí ser mejor porque ellos lo merecían, se los debía.

Hayley no se dió de cuenta de mis exigencias porque ella simplemente lo veía como que me estaba "superando" o avanzando. Se alegraba porque no me haya quedado estancada en la muerte de nuestros padres. Pero mientras yo me enfocaba en ser mejor, ella se enfocaba en ser lo suficientemente madura para hacerse cargo de las cosas de mis padres.

Hayley era la hermana que cualquiera pudiera desear. Era amable, paciente, divertida, leal, sincera, protectora y incondicional. Mientras que yo, yo simplemente era el dolor de culo de ella. La fastidiaba, la retaba, la asustaba y mayormente la distraía. Me burlaba de ella y de sus elecciones, pero aún así ella nunca se quejó de mi manera de demostrar amor.

Nunca se quejó.

Aún cuando debía de estudiar hasta las 5 de la mañana porque un examen se le atrasaba por culpa de las responsabilidades con la empresa.

No se quejó cuando los medios la destrozaron cuando se descubrió que el 50% de los hospitales de Estados Unidos dependían de nuestra empresa y técnicamente teníamos el control sobre las vidas de muchas personas.

No se quejó cuando tuvo que aprender sobre negocios (cosa que ella odiaba) solo para hacerse cargo de algo que sinceramente aún no le correspondía. Tampoco se quejó cuando tuvo que verse obligada a privarse de muchas cosas personales. Como su tiempo libre, sus gustos, su vida social o sentimental o muchas otras cosas.

No se quejó cuando yo la dejé sola, solo porque no soporte que ella llegara tarde a nuestras comidas o a mi vida, así que simplemente decidí irme al internado más cercano.

No se quejó cuando volví con el deseo y exigiendo cosas que sinceramente ahora me doy de cuenta de que no merecía. No se quejó cuando dije que me haría cargo de lo que ella se había estado viendo obligada a atender, y no se quejó cuando le dije que haría las cosas mucho mejor de lo que ella podría llegar a hacer en algún momento.

She is my Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora