T3-E8-Besos robados

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Estaba sentada en la cama de Emily mientras Spencer y Hanna seguían discutiendo - ¡Mona quiere ayudarnos! O ¿Por qué nos habría dado esto? – cuestionó Hanna -Emily sigue en el teléfono- nos informó Aria caminando hacia nosotras mientras seguíamos viendo el inicio de la página de Maya -Ella... parece que lo tomó muy bien ¿No creen? – preguntó - ¿Cómo si ahora los fantasmas nos hablaran? – dijo Spencer y Aria le reprochó con la mirada -Spencer ¿Por qué no admites que Mona intenta ayudarnos? –

-Hanna ¿Has pensado por qué Mona intenta ayudarnos? Amiga-

- ¡Porque tiene miedo de algo! Igual que nosotras de ella-

-No lo sé-

-Sí, no lo sabes, y la policía sigue esperando mi sangre-

- ¡Ya dije que mi mamá lo solucionará! – Hanna resopló frustrada y se puso de pie -Odio las agujas- masculló -Oigan, a ver, ya sea falso o no, tenemos que averiguar que hay en ese sitio- dije y Spencer bajó la mirada pensando las cosas cuando Emily entró -Era Nate- dijo mientras se sentaba a mi lado - ¿Qué quería? – le pregunté -Le prometí acompañarlo al viejo varadero. Le dije que era el lugar favorito de Maya en Rosewood-

- ¿Vas a ir sola con él? –

-Cam, confío en él- suspiré con resignación -No vas... A contarle de esto ¿O sí? – Emily volteó a ver a Spencer -Si lo hiciera... Tendría que contarle cómo supimos-

-Emily ¿Qué... quieres que hagamos con esto? – preguntó Aria cautelosamente, pero no dijo nada - ¿Te importa si entramos a la página de Maya? – preguntó Hanna -Tenemos qué- respondió y volteé hacia la laptop de Spencer -Ahora, ah... Y ¿Cómo pasamos la contraseña? – pregunté -Es sólo una contraseña. Hay formas de decodificarla- respondió Spencer, entonces Emily se levantó de la cama y se dirigió hacia la laptop, tecleó algunas letras y dio enter, pero la contraseña era inválida -Imaginé que sería esta. Creo que no la conocía tan bien como pensaba-

...

Estaba sentada en las gradas de la escuela esperando que el partido comenzara. El día tenía un clima perfecto, no hacía calor ni frío y el viento no soplaba tan fuerte, era una brisa fresca. Los rayos del sol se colaban entre las nubes brindando un hermoso atardecer -Hola Cameron- me saludó el señor Montgomery sentándose a mi lado y venía acompañado de Meredith, tuve que hacer mi mayor esfuerzo por sonreír - ¿Gustas un hotdog? –

-No gracias- respondí con una sonrisa amable y los jugadores comenzaron a salir al campo - ¡Vamos Mike! – grité y me lanzó un beso, pero debió ver con quien venía su papá, pues su sonrisa se esfumó y se dio vuelta de inmediato mientras movía la cabeza en forma negativa. Sólo espero que esto no altere su juego.

La hora del partido había terminado y los equipos estaban empatados, por los que dieron cinco minutos extra para el desempate. Los chicos estaban cansados y parecía que no podían más, pero debían sacar fuerzas de donde no las había para ganar.

Parecía que el empate seguiría a pesar de los cinco minutos extras de juego, pero en el último segundo, Mike logró acercarse a la portería y anotó el gol ganador. Todo el apoyo de la escuela en las gradas se paró para ovacionarlos mientras el equipo festejaba y brincaban sobre Mike, entonces saqué el cartel que había preparado y lo mostré.

Este trasero es del campeón.

Tenía escrito en la cartulina con una foto del trasero de Mike de cuando era bebé, él lo vio desde el campo y lo señaló mientras se reía - ¿No es algo de mal gusto? – escuché que Meredith le susurró al señor Montgomery y mordí mi lengua para no responder de mal modo -Es una broma entre ellos- le explicó el señor Montgomery y Meredith asintió comprensiva.

Pretty Little Liars (Mike Montgomery)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora