3« Primer día

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No se podía explicar la sensación de juntos al descubrir que ya no estaban solos, como un choque eléctrico por todo su cuerpo en el instante en que la mirada rojiza y la oscura se encontraban incapaces de pronunciar alguna palabra.

Pero claramente el pelinegro tomó la primera acción, se agazapó a la altura del otro contra la pared y tomó en sus manos el pequeño láser que lo había cegado hace unos minutos atrás, sin preguntar siquiera, cosa que a Luzu no le molestó ni un poco.

- Casi me dejas ciego con esta chingadera. - ¿En serio eso fue lo primero que se le ocurrió decir a Quackity después de ver a una persona luego de todo un año entero? Si.

El castaño abrió los ojos algo sorprendido, bastante de hecho, esperaba un "hola" o un "¿quién eres" pero si era sincero, ese inicio le parecía un poco mejor que lo formal.

- Perdona, no sabía que estabas por ahí. - Respondió con una voz bastante cálida, transmitía calma, para Quackity eso fue suficiente.

- Debiste saberlo pues... ¡Tienes mi diario! - Exclamó lo suficientemente fuerte para que se escuchara un eco entre el callejón.

Luzu miró a su costado, claramente ese diario era de él, podría parecerle tonto, pero el dibujo de palitos hecho en la segunda página de este era literalmente la persona que tenía al lado. El beanie le daba el detalle.

Este lo tomó y se lo tendió con una sonrisa pequeña pero visible, a la que Quackity devolvió el triple de notoria y se sentó a su lado con las piernas cruzadas y abrió el diario revisándolo, Luzu no se movió ni un poco.

Ese contacto realmente leve de sus manos luego de entregar el diario y ahora el de sus piernas rozando era tan... confortable. No les importo quien era quien, como se llamaban o inclusive que tipo de persona eran, estaban disfrutando la compañía de la mejor manera posible.

- ¡Gracias! creo que me hubiera matado de no tenerlo en mis manos los últimos 10 minutos - Comentó con brillo en sus ojos, lo cerró dejándolo en sus piernas y dirigió su mirada al contrario, curiosa y energética.

Luzu ladeo la cabeza como si lo estuviera analizando, no, lo estaba analizando. Noto sus rasgos infantiles, sus ojos, su cicatriz que hasta ahora tomó importancia en su mentalidad. Inclusive estiró un poco el cuello para fijarse en la mochila realmente grande que traía. "¿Él podía cargar eso sin caerse?"

- ¿Cómo te llamas? Soy Quackity

Se presentó, sin embargo Luzu ya sabía su nombre por una de las páginas del diario, pero lo ignoró, le gustaba pensar en esa nueva presentación de ambos.

- Soy Luzu - Sus respuestas eran vagas pero no de forma que fuera incómoda , todo lo que estaba ocurriendo se sentía tan bien, tan correcto.

Quackity no sabía reconocer si su emoción y tranquilidad se debía a que encontró su diario y, luego de tanto tiempo, no estaba solo. O simplemente era su personalidad.

Luzu en cambio, no paraba de pensar en qué ese chico de repente se había convertido en su salvación inclusive sin haber visto su rostro todavía.

- Lusu... está bonito - El castaño rió levemente al notar la forma en que el pelinegro dijo su nombre, era curioso, se encogió de hombros.

- El tuyo es... bueno, Quack - Luzu imitó el sonido de un pato, y no se estaba burlando, de hecho, le parecía tierno un nombre así. Pero no era capaz de decir tal cosa.

Quackity simplemente optó por reír y asintió, confirmando que se debía a ese particular sonido de los patos.

En unos segundos de silencio, el estómago de Quackity generó un rugido de queja. Al chico se le había olvidado de repente que tenía hambre. Pará Luzu fue una alerta y revisó su maleta, pero no tenía nada y ya había visto en la tienda de hace rato, no había nada comestible.

Just us ༻Luckity AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora