4« Manillas

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Ya había pasado casi una semana en la que los dos chicos convivían en sí, aprendían cosas del otro que siempre se mencionaban en cualquier momento.

En realidad, Quackity era el que más comunicaba las cosas, hablaba mucho de sus gustos o simplemente decía sus bromas y opiniones al aire, Luzu estaba totalmente dispuesto a escuchar.

- Lusuuuu, cuentame algo, apenas si se que te gusta oír MCR - Mencionó el menor en su tono alargado y convincente, Luzu simplemente río y lo miró mientras caminaban por un campo abierto y con bastante vegetación.

- ¿Qué quieres saber?

- Hmm. ¿Con quién vivías?

Quackity sintió que estaba siendo muy intrusivo respecto al castaño por ser tan directo con sus peticiones, sin embargo Luzu se sentía encantado de poder compartir con más cercanía cosas así.

- Mi grupo de amigos, después de la universidad rentamos una casa y vivíamos todos ahí. - Contestó recordando el primer día que habían acabado los estudios y todo fue realmente loco, con todas las expectativas tan altas que sentía el eco de esa emoción en su corazón.

Divagó unos segundos, luego volteó a ver al pelinegro con una sonrisa suave, el chico le hacía olvidar sus recuerdos desagradables constantemente.

- ¿Y tú?

- Ah pues, con mi familia. Mis padres y mi hermano menor - Su cara mostraba felicidad pero en su voz se notaba un pequeño deje de tristeza, y Luzu no quería que él menor se sintiera así.

Se acercó a él colocando una mano en su hombro con calma y apoyo.

- Cambiemos de tema, ¿qué música te gusta?

Quackity rió levemente y se enderezó hinchando el pecho de orgullo con su respuesta.

- Puro Tigres del Norte y El chente claro que sí.

Luzu no comprendía todavía como el chico era capaz de hacerle sentir así, de que su corazón se llenará de felicidad con un par de palabras.

Quackity por otro lado amaba poder hacer reír a alguien con sus bromas, no se sentía inútil y de paso, sentía que lo estaban valorando.

- Puta madre, se me perdió mi botón

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- Puta madre, se me perdió mi botón

Luego de un buen viaje los dos se detuvieron en un pequeño prado contra un árbol, Quackity revisó su mochila y como raro volvió a perder algo.

Luzu ladeo la cabeza y se acercó teniendo visible ciertas cosas que cargaba Quackity, y no era por ser malo, pero parecía que era un capricho suyo, porque la mayoría de cosas ahí eran relativamente innecesarias.

- ¿Qué botón?

- Un botón de patito que tenía... Tengo muchas cosas sobre patos aquí, me gustan mucho - Comentó en un tono de sufrimiento disimulado, Luzu puso una mano en la cabeza de Quackity sobre el beanie y le dio unas palmaditas suaves.

- Eres muy despistado ¿sabes? ya habrías perdido más cosas de no ser porque yo te he avisado que se te cayeron

- Ah bueno, por eso eres mi salvador - Respondió sonriéndole.

Y de repente Luzu sintió la sangre subir a sus mejillas tornandose rosadas, Luzu conocía bien esa sensación, antes la aborrecía pero ahora, sentía que era lo único que estaba bien.

Desvió la cara para que el menor no lo viera así y Quackity rara vez captaba esas cosas, así que siguió en lo suyo. Aún así, sabía que lo que acababa de decir tenía un significado más profundo.

En un momento, con una mirada de reojo Quackity vio la manilla que llevaba Luzu. Sin siquiera preguntarle se acercó a él y levantó su manga para verla mejor, Luzu se puso realmente a la defensiva pero intentó cambiarlo de inmediato. El pelinegro si captó está.

Y hubo un silencio entre incómodo y apenado. Luzu lo que menos quería era portarse mal con la única persona existente en el jodido planeta y no quería arruinar nada, y Quackity estaba pensando lo mismo en ese momento, no quería ser tan molesto al punto de alejar al castaño y que esa felicidad se terminará.

Con calma, Luzu extendió su brazo hacia el chico y ladeo la cabeza con una sonrisa débil, sabía que era por la manilla, pero de cualquier forma el menor llegaría a ver las cicatrices repartidas en su piel, cicatrizadas y viejas, pero todavía dolían.

El menor suspiro levemente y acarició parte de su muñeca con delicadeza, sabía lo torpe que era para estas situaciones así que trataba de manejarlo lo mejor posible.

- ¿Te gustan los tigres? - Su voz fue suave y baja, pero no sonaba apagada.

Luzu podía decir que se derretía ante el contacto con su muñeca, era como una caricia al alma después de mucho tiempo.

- Si, ¿no parezco de los que usan manillas así verdad? - Comentó riendo levemente dejando a toda libertad su brazo al contrario.

- No, me imaginaba más que traías una de esas pulseras con picos, tienes muchas sorpresas.

El castaño se encogió de hombros y dándole la razón, pues tenía muchas cosas que a simple vista no parecían ser características de él.

- Ah! espera! - Quackity soltó la muñeca del castaño y revisó su mochila, a Luzu le causaba gracia que cada que buscaba algo parecía que la mochila se lo estuviera tragando de lo profunda que está.

Fueron unos pocos segundos cuando tuvo nuevamente al menor completo a la vista, este tendió su mano y bajó su manga, tenía una manilla amarilla, la analizó y sonrió levemente.

- De patos... que sorpresa - Contestó de forma sarcástica, Quackity sólo hizo un ademán con la cabeza varias veces indicando "si".

Por un instante, los dos juntaron las muñecas así como las manillas, tan infantiles con los animalitos plasmados en estas pero que definitivamente marcaban una parte del alma de cada uno, y en la vista de Luzu se captaba otra cosa. Cicatrices, que le hizo sonreír inmediatamente y llenar su pecho de tranquilidad.

- Creo que la voy a usar ahora en adelante, no te vayas a quitar la tuya - Amenazó Quackity a su compañero de forma agresiva señalandolo pero claramente a juego, cosa que siguió Luzu y levantó las manos disimulando derrota.

- Como mandes - Fue su respuesta simple pero suficiente para el menor, que sólo devolvió una sonrisa y sacó el diario rojo del bolsillo más pequeño de la mochila y un lapicero, se puso a escribir y Luzu ignoró eso. No porque no le importara, si no por darle su privacidad y relajarse de la compañía silenciosa del pelinegro.

Fue profundo, para Quackity fue muy esencial mostrarle su brazo con una manilla de patos y varias cicatrices repartidas en el mismo. Porque tuvo la increíble necesidad de decirle indirectamente:

"20/05/21"

"Sus cicatrices son bonitas, como la manilla. Vamos a juego totalmente en ese aspecto... espero haya notado mi intención."

N/APerdón por la tardanza aaaaa, mis neuronas no estaban ayudando 😿

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Perdón por la tardanza aaaaa, mis neuronas no estaban ayudando 😿

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