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20/02/20 3:25 am

Era frío, muy frío, la madrugada apenas se sentía entre los múltiples cuerpos durmientes en el vecindario. Cómodos en sus camas, sofás, o la calle inclusive. Ignorando por completo el cielo tornándose más oscuro de lo normal.

Pasaban los minutos, el hijo mayor de la familia descansaba, feliz y cómodo. No captaba nada. No captó el momento en que su hermano menor se acercó a la ventana después de estar en la cocina comiendo cosas que claramente no debía comer, y lo hacía a escondidas. No captó a sus padres durmiendo igual. No captó cuando él menor subió hasta la habitación de sus padres y los alertó, completamente asustado, exclamando palabras y cosas que no eran normales, y que sus padres tomaron como una simple pesadilla.

No captó el instante en que el mundo enloqueció, cuando el cielo estaba tan oscuro y el aire tan pesado que nadie lo soportaba, cuando la niebla mortal cubrió todo el mundo y se oían quejidos sordos entre las personas.

Solo dormitaba, tranquilo, imaginando que en pocas horas iría a la universidad, se encontraría con sus amigos, tendría conflicto con ciertas personas. La cotidianidad, su vida diaria, su vida normal que no sabía que ya no sería normal.

Solo captó todo, cuando su alarma sonó, se levantó, bajó a la cocina y no había nadie, ni en las habitaciones, ni en la sala... nadie.

En esa misma madrugada, estaban dos chicos en lo que parecía ser una pelea, otra vez

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En esa misma madrugada, estaban dos chicos en lo que parecía ser una pelea, otra vez.

Estaban sobre un tejado, conversando y reclamando cosas uno sobre el otro. Para ellos esto ya se había vuelto cotidiano.

El mayor de los dos se quedó callado luego de arrojar unas palabras bastante hirientes al otro, pero el contrario no se detuvo ahí y arrojó otras el doble de dañinas que las anteriores. Eso generó el silencio más pesado y horrible que se podía sentir en el aire frío.

Alzaron la vista, y notaron lo oscuro que se había vuelto el ambiente. Para ambos tal vez sólo era la sensación generada por la disputa entre los dos, pero se sentía diferente, tan pesado, tan... mortal. Fue en un instante donde uno de ellos cerró los ojos con fuerza, tanto para ignorar el cielo oscureciendo como evitar soltar lágrimas.

Abrió los ojos, decidió a intentarlo de nuevo, a que sólo fuera un error como todas las anteriores peleas entre los dos que al final lograban arreglar. Pronunciar un "perdón" y girar su rostro hacia él para sonreír y ofrecerle llevarlo a su casa, decirle buenas noches y esperar que la relación se sostuviera de ello, de los vagos intentos.

Pero todo ese plan quedó en su memoria al ver que su compañía ya no estaba, había desaparecido, no había rastro. No podía creer que alguien fuera tan sigiloso, tan cruel de irse como si nada. Sin embargo no fue el único.

Bajo del tejado, miró alrededor en busca de su pareja, o eso pensaba que era. Sin verlo a él, suponiendo que se había ido, ingresó a su casa en silencio, no quería despertar a las personas ahí. Pero no había nadie a quien despertar, nadie estaba en las camas compartidas ni en las otras habitaciones... nadie.

Just us ༻Luckity AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora