13« Mariposas

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3 meses. 3 meses de conocerse, de hablar, de consolarse, de risas, de llantos. Pensando en la posibilidad, pensando en su experiencia, pensando en todo lo que su corazón le estaba haciendo sentir.

3 malditos meses para que su torpeza le cobrará en ese preciso momento, pero que para el contrario fue la forma más tierna posible de ver al menor equivocarse en algo.

La escena fue algo curiosa. Luego de que Quackity le hubiera contado mucho de sí mismo y su pasado, para descubrir que entre él y Luzu estuvieron a muy pocos pasos de conocerse antes. La tensión creció, y no de una mala manera, de hecho, era esa tensión que necesitaban romper ambos con algo que bien sabían que era.

Todo era perfecto, la lluvia había cesado, pero las ventanas seguían algo nubladas con gotas en la misma resbalando dejando caminos detrás. Dentro de aquel auto todo era cálido, y el silencio externo lograba resaltar las emocionadas y latentes respiraciones de ambos chicos. El menor recostado en el pecho del castaño de espaldas, usando su sudadera. El mayor abrazándolo, sosteniéndolo como si fuera la última vez que lo pudiera hacer y el contrario acariciando sus brazos descubiertos con suma delicadeza.

Perfecto, eso era lo único que pensaban, al ver sus miradas, al notar su burbuja propia. Al conocer los pesares de cada uno, la verdad es que ambos no necesitaban nada más. Solo acercar sus rostros un poco más.

Y el error, Quackity tenía sus labios tan cerca a los de Luzu, que la emoción le ganó, y golpeó al mayor en la nariz separándolo de inmediato mientras se llevaba una mano cubriendo su rostro por el dolor mientras se reía con intensidad.

- ¡Puta madre! se supone que era un momento lindo. - Quackity se dio la vuelta y lo empujó mientras miraba indignado la otra ventana.

Luzu simplemente reía, no podía con ello, y el menor estaba enternecido por eso aunque no iba a dejar su jueguito de estar indignado.

- Madre mía Quacks, que descuidado eres. Casi me rompes la nariz. - Obviamente estaba exagerando, pero con tal de molestarlo.

Quackity solo volvió a empujarlo pero no duró mucho para que el se empezará a reír también, le enojaba ser tan tonto aveces, pero si eso también causaba esa melodiosa y linda risa en Luzu, entonces no era tan malo.

Fueron unos segundos bastante largos donde no paraban de reír y burlarse, hasta los patos que habían estado durmiendo en el asiento delantero despertaron por el sonido pero seguían ahí, tranquilos y observando a sus "padres" siendo felices.

Ninguno recordaba cuando se sintieron así antes, mucho tiempo tuvo que ser, para que valorarán tanto ese momento.

Sin esperarlo, Quackity sintió el tacto de Luzu en su mejilla. Su mano lo había sostenido y acercado a él, está vez si estaban de frente. Quackity dejó de reírse de inmediato y miró a esos ojos rubí que tanto quería.

- ¿Quieres intentarlo de nuevo o me vas a sacar un ojo esta vez? - Le comentó Luzu con una risita baja y Quackity le sacó la lengua.

- Sigue así cabrón y me bajo de este pinche auto. - Si había algo que Quackity notaba, era el creciente humor del mayor en su presencia. Cuando lo conoció era totalmente diferente, ahora sólo veía un rostro sonriente y cálido.

Le costaba creerlo, pero por fin comprendió lo capaz que es al momento de generarle sentimientos a alguien, y que estos sean buenos.

Sin necesidad de decir alguna otra palabra, ambos cerraron los ojos, como si fuera la primera vez que besaban a alguien. Obviamente no era verdad. Algo curioso.

Se sintió eterno. Al primer segundo de sentir los labios del contrario, no querían detenerse, como si fueran la última vez que se besaran. No iba a ser la última.

Just us ༻Luckity AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora