Hace un año, todo lo que es conocido como sociedad desapareció sin razón alguna, sin explicación, sin palabras.
Pero un par, dos personas que no saben si por suerte o por desgracia, son las únicas que siguen pisando la tierra. Intentan sobrevivir pa...
08/08/21 "La niebla está mucho más espesa hoy, casi no logro ver por donde camino y tropeze con una roca. Lusu me salvo, como siempre"
- Hace mucho no escribías en el diario - Comentó el castaño rompiendo el breve pero tranquilo silencio que rodeaba el ambiente mientras el menor había sacado la icónica libreta del Rayo Mcqueen junto a un esfero que cliqueo varias veces de forma inconsciente pensando que escribir.
Quackity lo cerró de inmediato y lo alejó de la vista del mayor, fijándose en que estaba estirando el cuello para leer mejor lo registrado.
- Es MI diario Lusu, no tienes porque leerlo - Aún así, a Quackity le importaba muy poco eso, le gustaba ver a Luzu de vez en cuando revisando sus cosas, eso sólo demostraba la confianza que le tenía.
Luzu sencillamente se encogió de hombros al solo leer la fecha y tenía una expresión de estar pensando en algo, Quackity solo espero ya acostumbrado a que el castaño tuviera esos momentos y se acercó a sus patos acariciándolos con una sonrisa. La verdad es que esos animalitos estaban realmente consentidos por ambos chicos y jamás los perdían de vista. Los amaban.
- Ah, ya recordé, hoy es el día del gato. - Mencionó el mayor de repente mirando a Quackity, el chico simplemente soltó una risita suave. Era constante que Luzu soltara ese tipo de datos al aire ocasionalmente, y al menor le gusta bastante, puesto que no solía hablar demasiado, y le llamaba mucho la atención lo inteligente que era.
- ¿Te gustan los gatos? Bueno, creo que es obvio. - Quackity señaló la manilla de tigre visible en la muñeca del castaño, hace tiempo que la dejaba ver, Luzu ya no temía de ocultar sus brazos.
- Bastante, cuando vivía con mis amigos había un gato callejero que nos visitaba. - Luzu sonrió ante el recuerdo del gatito negro que metieron una vez en la casa durante Halloween y jamás volvió a irse, y como dejaba toda la ropa de Rubius llena de pelo.
Quackity tenía curiosidad, todo el tiempo. Cuando Luzu hablaba de sus amigos o de su universidad, eran tan pocas las veces que lo mencionaba que con cada cosa que decía más intriga tenía.
- Aww, eres un amor de persona Lusu - No mentía, para Quackity el castaño era realmente una persona bastante buena y agradable, y del tiempo que lo llevaba conociendo, no quería cambiar su opinión en absoluto.
Por otro lado, el mayor se sonrojó de inmediato, y a veces le molestaba su debilidad emocional ante cualquier halago del contrario pero no lo podía evitar. Poco a poco, ya se estaba dando cuenta del porqué y cómo su corazón lo delataba.
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El camino estaba realmente nublado, más de lo normal y eso preocupaba a ambos. Además el viento se colaba entre ellos, Quackity empezaba a sentir más frío que se abrazó a su mismo.
- ¿Estás bien? espera. - Sin darle tiempo de responder al contrario, Luzu se quito la sudadera por la cabeza con rapidez y se la tendió al chico, el contrario no supo responder entre aceptar la prenda o decir algo al respecto.
