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YOONGI

—Pensé que sería difícil ser padre, pues nadie te prepara para ello, por más libros que hubiera leído, nada es lo que uno piensa —mire el monitor del cuarto de la bebe — lo bueno de mi Angelic, que es sumamente tranquila, es casi como si no estuviera aquí, ella solo llora por lo básico, se entretiene con cosas sencillas, pero demuestra que será muy inteligente —tomo un cuchillo de una de las bandejas mientras sonrió —escúchame, hablando tan paternalmente, sí que mi pequeña me ha cambiado demasiado.

La chica seguía temblando, sus manos estaban atadas encima de su cabeza sujetas a la mesa metálica, la cual estaba en posición vertical, dejando sus pies colgando. Sus ojos estaban rojos mientras el terror la invadía, ella sabía que no saldría de aquí, al menos con vida.

Tuve que cambiar toda mi rutina, mi bebe necesita atención aún es muy pequeña no puedo dejar que cualquier loco la cuide.

Un pequeño llanto.

Mire el monitor y Angelic se había despertado, su llanto se escuchaba de manera tenue, mire la hora en el reloj de mi pared, me había atrasado con su biberón.

—Permíteme, debo de ir atender esto —me quite los guantes y el mandil de plástico — pronto continuaremos con lo que tenemos pendiente.

Caminé hacia la puerta de seguridad, salí cerrando la puerta tras de mí, recorrí un pequeño pasillo oscuro para abrir otra puerta más, esta se cerraba a presión, si no sabías de donde abrirla o de su existencia no se veía la abertura en la pared. Mi pequeño lugar de juegos estaba en un bunker de guerra que había acondicionado como sala de juegos, algunas personas del trabajo, los abuelos de Angelic, incluso el jefe de policía había venido a este lugar, jamás habían visto nada extraño.

Salí del bunker hacia la casa que había adquirido en medio de un bosque no muy lejos de la ciudad, el lugar era pacífico y sobre todo no tenía vecinos molestos que se les ocurriera husmear o intentar socializar conmigo y mi hija. Cuando entre a la casa el llanto de la pequeña era más notorio, me puse a prepararle el biberón, todo es muy sencillo mientras siga las medidas necesarias y la temperatura este adecuada ella se alimenta como debe.

Su pediatra ha dicho que es una beba saludable, que su estado anímico como de salud son perfectos para sus ocho meses de vida, es lógico si soy cuidadoso con lo mío con mi hija lo soy mil veces más.

Subí con el biberón hasta su habitación, en cuanto abrí la puerta el llanto ceso.

—Eso es Angelic, papá está aquí.

Ella me observaba ansiosa por su alimento, la tome en brazos, deje el biberón aun lado, antes la cambie de pañal, ella empezó a hacer pucheros pues su hambre le ganaba.

—Tranquila ya casi termino.

La deje una vez más en su cuna para irme a lavar las manos y después regresar ahora así a darle su alimento. Ella bebía con lentitud mientras su pequeña mano tocaba mi rostro.

—Parece que no dormirás pronto, ¿Quieres acompañar a papá con su amiga? No debemos dejarla esperando eso es de mala educación, ella va a adorarte, eres hermosa mi pequeña.

Después de hacerla eructar la cubrí con un mameluco más grueso, me acompaño al bunker entre mis brazos. Cuando entre al mi lugar de diversión, la chica se había bajado la mordaza un poco, error mío, no tenía cinta de gris para cubrirle la boca, parecía que había estado gritando bastante tiempo pues su voz era ronca para este punto.

—Shhh, nadie puede oírte, fuera de aquí nada se escucha.

Miro a la bebé en mis brazos y sus ojos mostraron una nueva clase de emoción que no logro descifrar, ¿Repulsión?

—¡SUELTAME MALDITO LOCO ENFERMO!

Angelic se asustó por los gritos de la chica, eso me irrito, hizo llorar a mi hija por su rabieta, antes de que siguiera gritando, tome un bisturí de la mesa y le rebane el cuello, esto causo que sus gritos callaran de inmediato.

Ahora solo se escuchaba el gorgoteo de su garganta llenándose de sangre, mientras su vida se consumía, yo mecía a Angelic entre mis brazos de un lado a otro acunándola en mi pecho.

—Tranquila pequeña, papá promete tener cinta la próxima vez, así sus gritos no te asustaran, Shhh, Shhh tranquila Angelic.

Mi dulce niña.

Mi Angelic.

Mi mayor adoración...

Hola no sabemos que saldrá de aquí, pero seguro no es nada bueno

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Hola no sabemos que saldrá de aquí, pero seguro no es nada bueno.

ANGELICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora