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Tenía algo de trabajo así que me la había pasado en mi estudio, las ventajas de que Angelic sea tan autosuficiente es que no me molesta para casi nada, son cosas mínimas las que ya requiere, por ello me puedo concentrar en mis deberes cotidianos mientras ella juega en el bosque o está la sala leyendo algún libro.

No supe en realidad cuántas horas habían pasado, pero me levanté al escuchar el primer trueno y las gotas de lluvia caer sobre el techo de manera tenue.

Salí de mi estudio mirando todo en silencio, Angelic no estaba en su habitación, tampoco en la sala. Escuché la puerta trasera cerrarse con fuerza, fui hasta allá, ella estaba pegada a la puerta respirando de manera agitada, su ropa estaba llena de sangre y al igual que en su rostro varias manchas carmesí, la imagen no podía ser más bella.

Sus ojos abiertos de par en par me observaron, en ellos note cierto temor y algo de excitación.

—¿Papi? Creo, creo que hice algo que no debí.

—Cuéntame.

Fui por una linterna, me llevo por el bosque, la lluvia cada vez subía mas de intensidad, esperaba otro animal herido o uno de sus experimentos donde enterraba alguna ave viva para ver si lograba salir.

Pero está vez fue muy diferente, cuando llegamos al lugar, mi sorpresa del cuerpo ensangrentado de un hombre, me hizo mirar a Angelic, la cual miraba al ser inerte con curiosidad…

Pero está vez fue muy diferente, cuando llegamos al lugar, mi sorpresa del cuerpo ensangrentado de un hombre, me hizo mirar a Angelic, la cual miraba al ser inerte con curiosidad…

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