Si Mati fuese el protagonista de dangerous fellows

capítulo 19

La sombra es visible cerca de la entrada por un momento y después se desaparece. Me llegó un mini sentimiento de emoción al pensar que podría ser otro sobreviviente el que esté ahí afuera. No vi ni supe de nadie desde que me encontraron los pibes.

—¿Algo afuera? 

—Acabo de ver una persona —Ethan se quedó en silencio así que giré la cabeza para verlo— ¿Qué pasa?

—Solo... solo estoy confundido —dice antes de bajar la mirada a su bate—. Las cosas son tan complicadas ahora...

No entiendo a qué se refiere...

—No creo que... los zombies sean los únicos peligrosos ya.

—Tenés razón...

Se me vino a la cabeza un recuerdo de las primeras veces que hablamos, cuando dijo que no éramos zombies, sino humanos... ¿Qué lo habrá hecho cambiar de opinión?

—Cuando dijiste que viste una persona, me hizo pensar. Siento que no puedo confiar en nadie... sin importar si es un zombie o un humano.

—Sí, entiendo lo que querés decir. Tenemos que ser más precavidos. Y fuertes... incluso si nos cruzamos nuevos sobrevivientes, tenemos que mantenernos fuertes y tomar muchas precauciones extras. Entonces vamos a estar bien.

No sé si lo que digo tiene sentido, pero Ethan parece contento de escuchar eso.

—Tienes razón... en tanto nos cuidemos...

—No va a haber bendición —digo cortándolo.

—No debemos tener miedo —termina de decir mirándome raro.

—Sí eso.

—Regresemos, los chicos deben de estar preocupados.

—Bueno.

Volvimos para el 1-C y el primero en darse cuenta fue Harry.

—Oh, regresaron.

—¿Te lloraste todo, maricon? —me dice Zion. La verdad que ya no sé si alegrarme porque habla como yo o llorar porque habla como yo.

—Lloró más tu vieja cuando me entregó el orto, gil —digo sacándole fakiun.

—Oigan, compórtense —Jack se interpone entre nosotros y nos hizo darnos la mano en señal de disculpa.

Atrás del colorado veo a Eugene queriendo decirme algo. Camina hasta donde estoy yo medio dudando de si hablarme o no.

—...Umm, Matías. Yo...

—Ey, está todo bien, yo estoy bien.

—¡Oh, vamos! ¿Por qué tienes que ser tan considerado siempre?

—Porque soy de cáncer.

—¿No te enojas nunca?

—Ey, ¿y vos por qué estás molesto? —Zion se mete en la charla y se dirige a Eugene.

—Eh... quiero decir... yo solo...

—¿Qué te importa a vos colorado botón?

—Lo siento... —me dijo Eugene—. Te culpé por todas las cosas malas que pasaron. Y no debí hacerlo... no quise acusarte así. Sé que no lo hiciste.

Ohhhhhhhhhh my god se disculpó conmigo.

Suena sincero, yo lo perdono

—Sisi, entiendo. Solo por ser la primera vez que te disculpas conmigo te la dejo pasar de gratis.