08

4.2K 419 121
                                    

El alcohol pasaba por su garganta una vez más, tratando de olvidarse de todo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El alcohol pasaba por su garganta una vez más, tratando de olvidarse de todo. Hyunjin lo acompañaba algo apenado, pues apenas lo llamó se escuchó su llanto. Tomaba trago tras trago, sin pensar en el dolor de cabeza que tendría el día siguiente.

—Minho, ya basta —le dijo el bajito apenas vio que pedía otro vaso—, vamos a casa, no puedes seguir así.

Lee comenzó a negar repetidamente con la cabeza, había empezado a tener otra crisis nerviosa. Jisung no salía de su mente a pesar del alcohol en su sangre, seguía allí con su enorme sonrisa y aquellas desagradables palabras.

"Yo creo que estoy enamorado".

Su pecho dolía, pareciera como si tuviera una estaca clavada, y las lágrimas caían en cantidad. No podía aceptarlo, jamás lo aceptaría.

Hwang estaba realmente preocupado por lo que le había contado, ya que desde adolescentes Minho estaba enamorado de Han. Sabía que algo extraño estaba pasando, pues Jisung siempre se encontraba trabajando y fue alguien muy culto para conocer a más personas. Desde pequeño era muy introvertido con gente que no conocía.

¿Cómo se pudo enamorar de alguien más?

Tenía dos opciones, la primera era que había conocido alguien del trabajo y al hacer unos archivos se enamoró, pero no tenía tanto sentido. La segunda era mucho más coherente, Han estaba enamorado de Minho.

—¿Sabes que es lo peor? —habló el castaño con una lata de cerveza en sus manos—. Después de eso me besó y casi tuvimos sexo.

¿Es idiota o se hace? Se preguntó Hwang con una sonrisa en su rostro. Las cosas eran claras, y aún su amigo exageraba las cosas, todo muy típico.

—¿Por qué te ríes de mi sufrimiento? —sollozó el alto—. Eres muy cruel, Jinnie.

—Me rio porque eres un tonto —respondió dándole una palmada en el hombro—, le pediré a Jisung que te pase a buscar.

—No quiero verlo —lloriqueó exageradamente.

Hizo caso omiso a lo que dictaba su amigo. Tomó su celular y decidió marcarle a Han. Tres pitidos sonaron y una voz algo melancólica sonó detrás de la línea. Se notaba la tristeza, el dolor y confusión con ese simple saludo, era obvio que tampoco la estaba pasando bien. La llamada duró poco, ya que solamente avisó que iría para su casa.

Tomo al castaño para levantarlo de la silla, pero este hacía un gran berrinche sin importar que la gente del lugar lo mirara raro. Agitaba los brazos y las piernas muy brusco, derramando un poco de bebida por todo el lugar.

—Minho, no seas caprichoso y vamos —gruñó Hyunjin al ver algunas miradas preocupadas.

Lo sacó a rastras del lugar, dejando preguntas en las personas que se encontraban en el bar. Lee estaba muy ebrio, demasiado para ser verdad.

Al intentar meterlo al auto, el castaño se cayó tres veces seguidas, casi no podía caminar. Gritaba a los cuatro vientos lo triste que se encontraba por Han, lo tanto que le dolía que guste de alguien más.

Luego de varios intentos, logró colocarlo en los asientos traseros. Minho cayó rendido ante los efectos del alcohol, quedándose quieto en todo el viaje hasta la casa de Jisung. Por suerte no quedaba tan lejos, pero Hwang sabía perfectamente que sería difícil caminar hasta allí, más por el estado de su amigo.

Mientras tanto, Han se encontraba escuchando música demasiado triste, comiendo un poco de helado de chocolate. Cantaba como si su vida dependa de ello, ponía todos sus sentimientos en cada frase de la canción.

No era la primera vez que le pasaba, pues en secundaria hacía eso cada vez que su mejor amigo encontraba una nueva novia. Anhelaba que las dejara y la atención volviera a ser para él, pero esas cosas casi no pasaban.

Recordaba las veces en las que su madre le decía "A ti te gusta Minho, Sunggie". Nunca le había dado la razón, pero ahora era muy distinto, necesitaba los consejos de su madre.

El timbre sonó, haciendo que diera un pequeño salto por el susto. Se puso sus pequeñas pantuflas con desgano, y se encaminó hacia la puerta principal de su casa.

Aún no sabía el motivo por el cual Hwang le había llamado tan urgente. Suponía que le había pasado algo con su hermano menor Felix, quizás era por la novia, no tenía claro el porqué.

Abrió la puerta y vio a un Hyunjin muy agitado, junto con alguien a quien no esperaba ver en tiempo, pues por la situación anterior, pensaba que no le volvería hablar.

—Jisung, ayúdame —pidió en un suspiro.

No lo dudó, tomó un extremo de los brazos del castaño y se lo colocó sobre sus hombros. Ahora los dos juntos, lo llevaban al sofá intentado de que Lee no se caiga de nuevo.

—¿Qué le pasó? —preguntó luego de que su amigo caiga rendido en el suave sofá.

—Como vez está muy ebrio —comentó sarcástico—. No le cayó muy bien la noticia.

— Oh ¿Te contó?

—Exactamente —suspiró sentado en el respaldo—. Creo que es muy tonto para no darse cuenta.

Jisung lo miró extrañado, no sabía de lo que estaba hablando. Su mirada expresaba mucho, como si no hiciera falta hablar de ello.

El castaño, escuchaba mientras se hacía el dormido, pues necesitaba saber quién era el que le había robado el corazón a su mejor amigo.

—No quería que te dieras cuenta de esta manera —soltó Han avergonzado—. Quería decírtelo primero.

"¿Hyunjin?" Se preguntó Minho.

No podía ser verdad. De todas las personas que ya había, nunca se imaginó que se trataba de uno de sus amigos del trabajo. No quería aceptarlo, no podía.

—Ya lo sabía de todas formas —se levantó y se encaminó hasta el pelinegro—. Después de todo, él es el único que no lo sabe —Le susurró en el oído.

Minho intentó llamar la atención de ambos tirándose del sillón. Le dolió sentir el piso golpearlo, pero lo que más le dolía era pensar que Jisung amaba a Hyunjin.

Han pegó otro saltito cuando escuchó el cuerpo del castaño caer en el piso. Rápidamente, corrió ayudarlo a levantarse.

—Dios mío, Honnie —murmuró el pelinegro preocupado.

Lo dejó sentado en el sillón observando si tenía alguna herida en la cabeza, pues el golpe había sonado algo fuerte.

—Debería irme ¿Puedes cuidarlo? —preguntó Hwang, recibiendo un asentimiento por parte de Jisung.

El castaño solo se limitaba a fingir estar ebrio.

El castaño solo se limitaba a fingir estar ebrio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
street sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora