han jisung conocido por la industria como baby quokka, es un actor de videos para adultos. pero no cualquiera, él lo hacía en público.
viendo que ya no tiene el alcance de vistas que antes, le propone a su camarógrafo empezar a participar en sus vi...
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Él pensó que volvería, que diría que todo se trataba de un malentendido y seguirían cómo antes, que hablarían las cosas y las arreglarían, pero no pasó. Una semana ya había transcurrido, y ni una sola vez fue a verlo.
Jisung estaba totalmente deprimido, había dejado de hacer videos terminando así con su canal y redes sociales, todo estaba solitario. Lo extrañaba demasiado, se arrepentía de no haberlo dejado hablar aquella vez, de decirle cosas horribles, pero ya estaba todo hecho, no existía volver al pasado.
Su madre vino el viernes y lo encontró sumamente deprimido, no quiso hacer preguntas al respecto, esperaría el tiempo necesario para que su hijo le contara que le sucedía. Decidió quedarse con él, pues parecía mucho más delgado que de costumbre, estaba totalmente roto.
—Hijo, te traje una sopa —dijo entrando a la habitación con la comida.
Sí, no siquiera podía ir al trabajo luego de una semana. Estaba siempre en su cama, en donde desparramaba sus lágrimas y decepciones. Todavía esperaba el día en que Minho vuelva y resuelvan las cosas como adultos, esperaba una llamada o una visita inesperada.
—Tienes que comer, Jisung —reclamó la mujer con cariño—. Estás muy débil últimamente, me preocupa saber que te pasó.
—Tuve una pelea fuerte con Minho —susurró angustiado—. Ambos hicimos las cosas mal.
La madre tomó ambas manos de su hijo y las sostuvo con suavidad, dándole el apoyo que necesitaba para seguir adelante con su relato. Admitía que estaba sorprendida, ellos nunca habían peleado y jamás se habían distanciado por tanto tiempo.
—Me gusta, me gusta mucho —soltó con todo el dolor del mundo, como si no fuera lo correcto.
—Eso lo sabía, corazón —comentó tranquila—. Él también gusta de ti, te ama demasiado.
—Me lo dijo antes de irse —sollozó—. No pude detenerlo, estaba paralizado.
Lo sostuvo entre sus brazos para que pudiera llorar en paz, era lo único que podía hacer. También se encontraba destrozada por la noticia, nunca esperó que las cosas terminarían tan mal.
Terminar... ¡No! Ella jamás permitiría que tan linda amistad terminara de forma tan cruel. Se amaban, y de la única manera en la que terminarían su amistad era que de una vez aclaren sus sentimientos.
—Habla con él, cariño —habló firme.
—Me tiene bloqueado de todos lad-
—En persona, ya son adultos —interrumpió.
Había esperanza, solo necesitaban dejar su orgullo de lado, y Jisung estaba de acuerdo con correr el riesgo. No lo perdería, arreglarían y volverían a ser como antes.
—Lo haré —se separó de su madre y le dio una mirada confiada—. Iré hablar con él.
—Primero báñate —rió la señora divertida, siempre hacía ese tipo de bromas con su pequeño.
