No. 5 y 6

16 4 6
                                    

Fecha: 8 Abril 2014

No. 5; Séptimo módulo

Estoy en la escuela secundaria solo que tiene unos detalles, unos cambios diferentes, por ejemplo las escaleras de los dos edificios tienen grandes y coloridos dibujos en las paredes, los cuales no alcance a distinguir claramente, también que en los salones todas las luces alumbran bien, no hay basura tirada y las butacas están perfectamente acomodadas, además de que no hay dulces o chicles pegados en los techos ni en el mobiliario y todos los salones tienen ventanas completamente funcionales, sin manchones ni rupturas.

Estoy en la escuela secundaria solo que tiene unos detalles, unos cambios diferentes, por ejemplo las escaleras de los dos edificios tienen grandes y coloridos dibujos en las paredes, los cuales no alcance a distinguir claramente, también que en l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay pocos alumnos, parece que es de esos días cuando se acercan las vacaciones de medio año cuando se acaba el curso o fin de año y casi no se hace nada en la escuela, es decir hay pocos alumnos en la escuela. Salvo por eso el día transcurre con normalidad. En el séptimo módulo, el último antes de salir del día de clases, toca la materia de Ciencias; Biología, caminamos al laboratorio y resulta que no está, en su lugar hay un restaurante. Entro sorprendido y como el resto de mis compañeros lo observó con asombro. Veo que es demasiado grande, no alcanzo a ver el otro extremo de la pared, además está decorado con adornos de diferentes países como Japón, México, Estados Unidos, Paris, Egipto, China, Australia, Brasil, Canadá, Rusia, Alemania entre otros que no recuerdo. Los pocos que venimos a clases nos sentamos en mesas diferentes y nos ponemos cómodos. Rápidamente pasaron los cincuenta minutos que dura el módulo, así que un poco aburrido salgo del restaurante y veo a tres niños de entre seis y diez años de edad. Uno de ellos está por aventar una piedra, de hacerlo rompería una ventana o una lámpara que están afuera en el techo.

El niño me ve y deja caer la piedra pero me doy cuenta de que no es cualquier piedra ya que está tocó el suelo y se elevó unos centímetros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El niño me ve y deja caer la piedra pero me doy cuenta de que no es cualquier piedra ya que está tocó el suelo y se elevó unos centímetros. Posteriormente el niño patea la piedra, yo salto y alcanzó a agarrarla antes de que se estrelle con la lámpara, después me doy cuenta que no estoy tocando el suelo, decido soltar la piedra y de inmediato bajo al suelo, pero la piedra continúa  elevándose. Me doy vuelta y los niños ya no están, después intento agarrar la piedra pero está sigue elevándose, salto varias veces pero no logro alcanzarla. Resignado voy a la tienda que está frente a la escuela, después de todo las clases ya han terminado.

Relatos de otras vidas Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora