More than my body?

8. ¿Por qué huir?

Hunter se encontraba sentado en el comedor, estaba muy nervioso, su estómago se revolvía por lo mismo, no pudo creer lo que dijo aquella noche.

Había soltado la sopa en esa llamada con Edric, tenía mucho miedo ¿Y si se atrevía a venir hasta aquí? Era claro que sí eso llegaba a suceder, nada bueno sucedería.

Belos lo mataría, tanto a Edric cómo a él, no quería provocar al mayor, estaba realmente asustado.

Comenzó a tomar algo de agua, quisiera poder romper el vaso y degollar su garganta, pero no era capaz de hacerlo, no tenía el valor de ello.

Fue así que un golpe en seco se escuchó sobre la mesa, era Belos, se veía molesto -Hunter, tenemos que hablar, ahora- Exclamó el mayor sin apartar su vista.

-¿Con quién carajos estabas hablando anoche?- Hunter no sabía que responder, estaba nervioso debido a esto, ¿Acaso habló muy fuerte esa vez?

-Con nadie, te lo prometo Belos- El mayor suspiró pesadamente -Hunter, anoche te oí hablar, como si platicaras con alguien, ¿¡Acaso agarraste el puto celular!? ¡Debías estar durmiendo!- Exclamó, golpeando la mesa.

Hunter estaba sollozando debido a que estaba asustado de ver a Belos en ese estado, tenía mucho miedo, pero sabía que no podía ser descubierto.

Sabía que debía decir algo convincente, pero no sabía exactamente que -Belos, te aseguro que jamás agarré el celular, sólo hablaba conmigo mismo...es que, tuve una pesadilla- Mintió entre sollozos.

Belos cayó en aquella mentira debido a que era normal que el menor tuviera muchas pesadillas nocturnas, dándole consuelo abrazándolo y acariciando su cabello con suavidad.

-Oh mi pequeño príncipe, ¿Por qué no me despertaste?- Entre lágrimas, el pequeño lo miró -No quería molestarte mientras dormías, perdóname Belos-

Belos seguía dando consuelo al pequeño, Hunter dejó de llorar luego de unos momentos, la calidez con la que su contrario le estaba hablando era tanta que sentía que estaba en un campo.

Un campo lleno de flores y con una hermoso aroma, este momento estaba siendo tan dulce, sin violencia, sin abusos, sólo un abrazo sincero y consuelos.

Pero, esa sensación no duraría para siempre, eso era claro ya que después de todo, ese adulto era un enfermo de mierda, alguien repugnante que sólo quería satisfacer su deseo sexual.

Es así como comenzó a besar de forma profunda al menor, no sabía que hacer, se sentía sucio al ser besado de esta forma, quería arrancar su lengua y lavarse con jabón hasta que lograra purificar su boca.

Hunter se separó del beso, mirando fijamente a Belos, ya sabía lo que se venía pero no quería hacerlo, no quería tener sexo, odiaba la sensación de ser herido internamente.

Odiaba como su interior se negaba a esto debido a que, realmente no quería esto, pero creía que sí lo quería, él creía que quería tener sexo con Belos.

Lo creía porque Belos siempre le había dicho cosas como "No llores, tú lo querías, me provocaste a propósito con ese cuerpo tan hermoso que tienes, era claro que querías ser follado como una puta".

Siempre pensaba que él provocaba al mayor, siempre se echó la culpa, siempre pensó que era culpa suya él estar sucio.

Los llantos y gritos suplicando piedad nuevamente estaban presentes, inundando el comedor, aquella casa guardaba esos sonidos, esos recuerdos.

Aquellos donde Hunter lloraba suplicando que Belos se detuviera, donde era obligado a posar frente la cámara desnudo, a ser grabado, golpeado, denigrado.