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Sábado, 27 de agosto.
Spa.

Me coloco la gorra de Ferrari en cuanto cierro la puerta del auto de Max, espero a que el piloto de Red Bull le ponga seguro al coche y caminamos juntos hacía la entrada del paddock. Hoy no había llegado con Charles ya que al señorito se le ocurrió querer llegar temprano, obviamente yo quería seguir durmiendo entonces decidí quedarme y luego Max se ofreció a traerme.

— Debo admitir que no me gusta traer en mi auto a alguien que esta vestida de los pies a la cabeza del equipo rival —bromeó Max señalando mi vestimenta, llevo puesto un jean negro holgado, una remera de Ferrari, unas nikes blancas y finalmente la gorra también de Ferrari.

— No te pongas celoso Verstappen, si ganas el campeonato te prometo que me voy a poner una gorra de Red Bull —le guiñe y él sonrió divertido.

— Entonces mejor anda comprando esa gorra cariño —respondió con orgullo.

— Que flojera, mejor regalame una vos que por algo sos millonario y trabajas para Red Bull.

— Bridget vos también sos millonaria boluda —me recordó, chasquee la lengua asintiendo.

— Si, pero yo no trabajo en Red Bull —Max sonrió negando.

— De acuerdo, te regalaré una con mi autografo.

— No puede ser ¡Tendre una gorra autografiada por Max Verstappen! Tengo que llamar a mis amigos para decirles —exagere haciendo burla del piloto Neerlandes.

— Eres cruel, te quedaste sin merch —respondió caminando hacía el motorhome de Red Bull.

— Ahora voy a llorar —hice un puchero burlandome, Max me saco el dedo del medio y solté una carcajada— ¡Adiós Maxie, te quiero!

— También te quiero bruja, te veo luego —se giró finalmente perdiendose entre la gente que ya comenzaba a ir y venir de un lado a otro en el paddock.

Sonreí a los camarografos cuando note que me estaban sacando algunas fotos, ya me había acostumbrado a eso, después de todo acompaño a Charles a prácticamente todas las carreras así que la gente aquí como camarografos, periodistas y demás ya me conocen de la misma manera que yo los conozco.

— Buenos días Bridget —me saluda una de las fotografas a quien ya conocía a la perfeccion, Sarah, es una de mis favoritas.

— Buenos dias chicos —respondo amablemente siguiendo mi camino hasta el motorhome de Ferrari.

— Bridget ¿podrías decirnos que paso con Charlotte? ¿Por qué ya no la vemos por aquí? —preguntó un reportero.

— Honestamente no lo sé, y de todas formas no me corresponde a mi hablar sobre la vida privada de mí mejor amigo, mejor preguntenle a Charles cuando lo vean —sugerí continuando mi caminata.

Después de caminar unos cuantos metros más finalmente ingresé a mi destino, al entrar salude a los trabajadores que estaban ahí y pregunte por mi monagesco, me indicaron que estaba hablando con Binotto y que debería llegar pronto.

Me senté a esperar a mi amigo mientras tomaba mi café, gracias a que vine con Max tuve oportunidad de comprar mi tan necesitado café mañanero, y es que si no tengo mi dosis diaria de café estoy de muy mal humor el resto del día, preguntenle a Carlos o Charles quienes son los que más se comen mis broncas cuando estoy de mal humor los fines de semana de carrera.

— Hola mon soleil —sonreí al escuchar a Charles, se acercó a mi y dejó un beso en mi mejilla.

— Hola niño bonito —me extendió su mano y la tome sin dudarlo, rápidamente me estiro hacia él levantandome del sillón.

𝘼𝙡𝙬𝙖𝙮𝙨 𝙮𝙤𝙪 || 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora