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Diciembre, jueves 22
Mónaco.

El gran día había llegado por fin, el casamiento de Ian y Minnie estaba a horas de ser realidad, digamos que mi querido hermanito se tardo bastante en hacer la tan esperada pregunta.

Charles y yo nos encontrábamos en el lugar donde se llevaría acabo la ceremonia junto a otras personas, Minnie me había escogido como una de sus damas de honor y Charles era uno de los caballeros de honor de Ian.

Mi vestido seria color rojo, Minnie escogió ese color para mi ya que dijo que "la chica del chico Ferrari debería llevar algo rojo".

— ¿Puedo entrar? —tocaron la puerta de mi habitación.

— Adelante —respondí abrochándome la bata que llevaba puesta.

— Me aburría en mi habitación —dijo Charles colocándose detrás mío.

— ¿Y Matt? —pregunte haciendo contacto visual con él por el espejo.

— Hablando con Mica —respondió con una sonrisita. Mica es una modelo argentina que conocí en la agencia y coincidentemente es amiga de Minnie, Matt intenta negarlo pero todos sabemos que tienen algo.

— Podemos ir a recorrer el lugar —propuse agarrando algo que estaba sobre el tocador, con el movimiento que hice provoqué que la bata se desabrochara dejando ver mi ropa interior de encaje.

— O podríamos quedarnos aquí —Charles acarició mi cuello y mis hombros.

— Charles —dije en tono de advertencia, sabia que la maquilladora llegaría en cualquier momento.

— Bridget —susurró en mi oído manteniendo el contacto visual por el espejo, solté un jadeo inconsciente cuando mordió el lóbulo de mi oreja.

Cerré los ojos al sentir sus labios en mi cuello, sus manos empezaron a bajar por mis pechos y mi abdomen.

— ¿Todavía quieres que me detenga? —preguntó en un susurro.

Suspire con fuerza cuando sentí sus manos llegar a mi zona.

— Mmm —negué echando mi cabeza hacia atrás.

— Palabras nena, quiero palabras —exigió agarrandome levemente del cuello para obligarme a hacer contacto visual con él por medio del espejo.

— No, sigue —pedí en un suspiro.

— Ven aquí —me agarró de la cintura y rápidamente se sentó en el sillón que había dentro de la habitación y me coloco sobre él.

— Charles —jadee al sentir sus besos llegando a mis senos.

— ¿Que quieres mi amor? Pídelo —se aparto para observarme.

Antes de que pudiera hablar dos golpes en la puerta nos hicieron sobresaltar.

— Mierda —gruño escondiendo su cabeza en mi cuello.

— Ahora qué —bufe acomodando mi bata e intentando levantarme.

— Quédate —Charles me estiro del brazo sentándome sobre sus piernas de nuevo.

— De acuerdo —sonreí volviendo a besarlo.

El monegasco llevó sus manos a mi cintura apegándome a él, metí una de mis manos por debajo de su camiseta y con la otra acaricié su cabello.

— Tienes demasiada ropa —murmuro provocando una sonrisita en mi.

Volvieron a tocar la puerta y ambos bufamos.

— Tengo que ir —dije sin cortar el beso.

— Bien —respondió a regañadientes.

— Ya voy —grite algo molesta cuando volvieron a tocar la puerta, abrí la puerta bruscamente— Paulo, hola.

𝘼𝙡𝙬𝙖𝙮𝙨 𝙮𝙤𝙪 || 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora