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Bridget

Me deje caer al suelo cansada, eran las 5 de la mañana lo que significaba que llevaba más de 7 horas aquí.

Tome un poco de mi botella de agua y volví a levantarme, me coloqué frente al espejo y empecé a hacer estiramientos frente a la barra al ritmo de la música.

— Veo que aún vienes aquí cuando necesitas escaparte —habló alguien a mis espaldas apagando la música, reconoceria esa voz aunque pasarán mil años.

— Veo que aún no sabes tocar la puerta —replique bajando mi pie de la barra.

— Todos te estan buscando —se puso a un lado mio e hicimos contacto visual por el espejo, apesar de la oscuridad del lugar, sus ojos azules se hacian notar— Especialmente ese principito, como se llamaba Chris... Charlie...

— Charles —Lo corregi volteandome a mirarlo— ¿Que haces aquí Ethan?.

— ¿Quien crees que le aviso a tu familia sobre la muerte de la madre Vittoria? —preguntó cruzándose de brazos.

— No, me refiero a que haces, aquí —señale el lugar con mi dedo.

— Cuando tu hermano llamó para decir que habias desaparecido supe que estabas aquí —se recostó por la barra y observó el lugar— Siempre que te escapabas del orfanato venias aquí.

— Era el único lugar donde podía encontrar un poco de paz —admití colocandome junto a él.

— Te metias en tantos problemas por venir aquí a bailar 20 minutos —rió volteando su cabeza para mirarme.

— Y tu siempre me sacabas de ellos —el chico junto a mí asintió.

— La voy a extrañar —soltó tirando su cabeza hacía atrás.

— También yo —imite su acción y me quede en silencio por unos segundos— ¿Estabas con ella cuando paso?.

— Estaba con mi familia en Suiza.

— ¿Familia? —me volteé a verlo con una sonrisa.

— 6 meses después de que te adoptaran, llego una familia de Suiza, eran amigos de la madre Vittoria, me adoptaron —comentó con una sonrisa.

— Me alegro por ti ragazzone.

Te extrañe estos años piccola —dijo mirándome, esos ojos azules que me mantuvieron a salvo por tantos años volvian a estar tan cerca mío.

— Nunca llamaste idiota —golpeé su hombro en forma de regaño.

— No tenía tu número —respondió agarrando mi muñeca para evitar que lo volviera a golpear.

— Mentiroso —intenté volver a golpearlo pero de nuevo sujeto mi muñeca con fuerza colocandose frente mío mirándome fijamente.

— ¿Por qué solo no dices que también me extrañaste? —bufó acercandome a él.

— Te extrañe imbecil, ¿feliz? —Ethan sonrió y asintió.

— Feliz —contestó, no me resistí más y lo abrace fuertemente, necesitaba volver a sentir su protección, era la única persona que entendía como me sentía en esos momentos.

𝘼𝙡𝙬𝙖𝙮𝙨 𝙮𝙤𝙪 || 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora