Los locos Addams (Male!Merlina X F!Reader)

Capítulo 3: El regreso de Lucas

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Toda la familia corrió a la puerta principal para ver si era cierto. 

—¿Será cierto?

—¿Será él?

—¿Es posible?

—Santo cielo.

Lucas entró en la casa. 

—Lucas —Homero susurró. 

—Homero —Lucas respondió.

Homero se acercó a Lucas, lo abrazó y lo besó en la mejilla.

Merlín y T/n miraron hacia abajo y notaron que todavía estaban tomados de la mano, se soltaron torpemente.

Detrás de ellos, la Sra. Craven dio un paso adelante. 

—Buenas noches —saludó con un fuerte acento alemán—. Soy la Dra. Pinder-Schloss.

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Ahora todos están sentados en la sala de estar mientras la Dra. Pinder-Schloss explicaba la historia de Lucas. 

—Fue encontrado en Miami, atorado en una red de pesca. Fue apenas el mes pasado durante el huracán Helga. El cielo estaba tan negro como la brea, y las olas, eran como murallas de destrucción. ¿Pueden imaginarlo? Lo arrastraron por el océano justo de las fauces del olvido. Se los digo. Se hicieron pruebas, demasiadas pruebas. Un perfil psicológico completo. Al final, los del Departamento de Juegos y Pesca de Florida dijeron, observenlo, vaya, vaya, vaya, comuníquenselo a todo mundo. Él es su hermano, así que me lo dieron en servicios humanitarios, y yo se los estoy trayendo, después de tantos años, después de quién sabe qué sufrimiento, después de la desnudez y la muerte, ahora yo se los estoy trayendo a casa.

—Eso es absurdo —intervino Margret—. Es la cosa más ridícula que he escuchado.

—Claro que sí —Homero sonrió—. Ahora ha vuelto.

—Sí, ha vuelto. Ha vuelto a compartir sus alegrías, y sus tristezas —agregó Tulley. 

—Bueno, nunca te entiendo —dijo Margret

Tulley la distrajo levantando la trampa para dedos. —Querida, ¿cómo funciona esto?

—Hasta un niño sabe cómo —dijo, y accidentalmente se le clavó el dedo en la trampa de nuevo. 

—Lucas Addams. Por fin estás en casa —anunció Morticia. 

—Creo que solo estaré aquí una semana —Lucas dijo. 

—No seas ridículo. Es tu casa, hermano —Homero insistió. 

—Sí, sí, gracias, pero es que deje algunas cosas en el Triángulo de las Bermudas —explicó.

—Homero. El Triángulo de las Bermudas —Morticia ronroneó. 

—El desierto del Sahara —Homero sonrió. 

—El Hoyo Negro de Calcuta —Morticia dijo seductoramente.

—Disculpennos —Homero comenzó a besar sus manos.

—Nuestra luna de miel —Morticia le explicó a la Dra. Pinder-Schloss—. Dra. Pinder-Schloss, ¿también se quedará con nosotros? —preguntó Morticia. 

—No, no. Yo tengo que irme. Pero volveré, con seguridad, para revisar el progreso de Lucas. Aunque, podría ser útil tener a alguien aquí que pueda ayudar a Lucas con sus ajustes. ¿Qué hay de esta jovencita? —hizo un gesto a T/n que estaba sentado en un sillón.