Lucas estaba profundamente dormido con dedos descansando a su lado. Homero miró hacia abajo, sonrió a los dos y trató de levantar a dedos, pero se detuvo cuando Lucas agarró la mano de Homero, lo arrojó al suelo y le puso un cuchillo en la garganta.
—¿Desayunas? —preguntó Homero, y tiró a Lucas al suelo también—. Maldición, que bueno que volviste. Vamos.
Homero se levantó y fue a salir de la habitación cuando se dio la vuelta.
—¿Dos de tres? —lanzó el cuchillo y aterrizó justo al lado de la cabeza de Lucas.
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T/n abrió los ojos y se estiró mientras se sentaba en su cama. De repente, llamaron a la puerta. Tiró las cobijas y fue a abrir. Era Merlin.
—Oh, hola —saludó.
—Hola —respondió.
Él no dijo nada después de eso y solo la miró de arriba abajo. Llevaba una camiseta demasiado grande y pantalones cortos de pijama, los ojos de Merlin se demoraron demasiado en sus piernas desnudas.
—Um... ¿necesitas algo? —T/n le preguntó.
Los ojos de Merlin se encontraron con los de ella y su rostro se enrojeció un poco.
—El desayuno está listo. Pensé que deberías saber —dijo rápidamente.
—Oh, está bien. Bajaré enseguida—T/n respondió.
Merlin asintió mientras cerraba la puerta.
T/n se cambió de ropa.
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Abrió la puerta de su habitación para ir a desayunar, pero se sorprendió cuando vio a Merlin.
—¿Qué haces todavía aquí? —preguntó.
—Te acompaño a desayunar —él dijo.
—No tienes que hacer eso. Puedo llegar yo misma —T/n lo tranquilizó.
—No, probablemente te perderás. Te llevaré —Merlin respondió sin rodeos.
Antes de que pudiera responder, Merlin tomó su mano entre las suyas y comenzó a arrastrarla.
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Merlin entró en la cocina todavía arrastrando a T/n. Sacó una silla y la sentó bruscamente en ella, antes de tomar asiento entre ella y Lucas.
—Receta casera. No hay nada mejor que esto en todo el mundo —dijo la abuela, mientras traía la comida que preparó, poniendo un poco en el plato de todos.
