Sangre Pura.
Yan_skyblue.
Capítulo 10.
Si pasas demasiado tiempo pensando en una cosa, nunca vas a lograr que se haga. Has por lo menos un movimiento claro diariamente hacia tu meta.
-Bruce Lee.
Era verano, el bosque verde sonríe robusto al cielo en busca de sus besos radiantes, necesita de esos besos para vivir porque todo ser vivo desea sentir calidez, es una forma de vivir, de arder por dentro, de perdurar, todos necesitamos, amor...
El sol daba fuerte, ardía en su rostro como hacía mucho tiempo no lo sentía, como "Sangre Pura" podía salir al sol, pero nunca lo hizo por recomendación de sus padres y con su vida de humana lo más importante era sobrevivir, no el contemplar el sol. Las corrientes de viento le mecen los cabellos rebeldes y el faldón, suspira llenando sus pulmones de aire fresco, las ramas crujen a su paso, tanta paz no la experimentaba hacía mucho, solo desearía nana estuviera con ella, al notar las hojas moverse por el roce de su dobladillo recordó la criatura que salvó hace tantos años, ya debía ser todo un hombre, sonrió ilusionada imaginando era un buen muchacho trabajador amado por su familia adoptiva. Al fin y al cabo su vida no había sido un desperdicio completo, pudo salvar una vida, ahora eran algo que le llenaba de orgullo, pero seguía con un hueco por dentro, al cual no sabría si podría llenar algún día.
Miró el cielo de nuevo, escuchó el trino de los pájaros. Hacía dos días que viajaba con los cazadores, dejaron su refugio para buscar un río y seguir al siguiente pueblo. Viajar con ellos le resultó cómodo, pero hasta ahora ninguno se había volcado a conocer de ella absolutamente nada, apreciaba su discreción aunque estaba lista para remover algunas viejas heridas, ellos merecían saber algo, no totalmente la verdad, pero sí algo.
Vio un ave negra volando en círculos, le recordó a su hermana. En su momento pensó en vengarse pero cuando de Kinga se trataba su determinación flaqueba, aún tenía ciertos sentimientos buenos hacia ella. ¿Qué haría al tenerla al frente?, ¿podría algún día perdonará y perdonarse a sí misma?, ¿le permitiría seguir destruyendo sin tratar de hacer algo?, ¿seguiría escondiéndose?
Pensaba en su raza, en su vida y el futuro cuando escuchó pasos y ramas quebrarse, instintivamente siguió el ruido de la forma más silenciosa que le fue posible. Quizás fuera peligroso, no quería se supiera estaba allí, así podría huir si era necesario. No esperó ver el cuadro más perfecto que hubieran contemplado sus ojos.
Los rayos de sol que se cuelan de entre las hojas caducas del abedul, eran como las luces del cielo iluminando a algún angel o dios de leyenda. Observó la espalda más ancha y marcada que hubiera contemplado jamás, un par de brazos fuertes y un cabello tan rojo como el fuego ardiente, Artur entraba frente al río sin su camisa. Suspiró. Siempre fue una mujer carnal, no lo podía negar.
Algo magnético la llevó a avanzar, pisó mal una raíz cayendo al suelo, no pudo ser más ruidosa y obviamente fue pillada.
El hombre rápidamente sacó su espada y le apuntó la punta filosa al rostro, al ver que era ella sus facciones se suavizaron un poco, guardó la espada en su funda y ayudó a la mujer.
—¿Vienes por agua?— preguntó tratando de contar la tensión. Comenzó a limpiar su faldón, se había ensuciando un poco y realmente no deseaba se arruinará porque era un regalo valioso.
Artur Moldovan, ahora que lo pensaba, no sabía nada de él, ella igual no había hecho ninguna pregunta hasta ahora, ese hombre y su compañero eran un enigma.
Moldovan le observó con sus potentes ojos, parecían capaces de penetrar el mismo hierro o tu alma.
—Vine para asearme— contestó dándole la espalda, comenzó a quitarse las botas y luego el pantalón, si ella no pareció tener pudor hace unos días entonces él tampoco.
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Sangre Pura (historia Original Corta)
VampireEl cazador Artur Moldovan está tras la bestia más temida, los vampiros. Sabe que no será fácil matar a esas criaturas, pero es la última esperanza de un aterrado poblado en la vieja Transilvania. Ruxandra, la mujer de la Sangre Pura, la que destruir...