Capítulo 11

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Sangre Pura.

Yan_skyblue.

Capítulo 11.

Toda guerra se basa en el engaño.

-Sun Tzu.

Los rumores de una guerra por parte del reino Húngaro se esparcian por todo Transilvania como los ataques de los vampiros,; el pueblo caía cada vez más en la desesperación necesitando un milagro, una tabla de salvación que los guiara.

Los frágiles seres humanos temblaban ante el poderío y las amenazas, los vientos traían aires putridos llenos con el olor a la sangre y la mortandad de cientos de cadáveres silenciosos víctimas de una expansión desmesurada y una ambición sin límites. Vasil no necesitaba de los Húngaros para ganar su guerra de sangre, pero él sabía de los instintos humanos, sabía de sus ambiciones y se divertía manipulando el tablero haciéndolos concretar su trabajo sucio, sin un gobierno o una estructura sólida todo reino sucumbe, en éste caso el enemigo de su enemigo sería su amigo hasta que ya no le sirviera más, luego se desharía de ellos como la escoria que eran.

Para el líder vampírico los humanos eran peores que ratas asquerosas. Hay algo que ni él mismo puede preveer, el incesante deseo humano de sobrevivir, nada es más peligroso que perderlo todo y aferrarte como garrapata a la vida, el deseo humano de venganza.

El pueblo al que llegó el pequeño grupo de tres era muy pequeño, rodeado de un bosque denso y montañas al sur, apenas unas cuantas casas aquí y alla; la iglesia sobre la colina, muy cerca de donde ellos venían, a unas cuantas millas. Decidieron pasar por la posada, pero se encontraron con las casas y negocios cerrados, nada además del inusual silencio y los pocos cuervos sobre la copa de los árboles les acompañaba en la soledad tajante, se desconcertaron un poco, rodearon el pueblo buscando señales de vida, nada.

El viento soplaba fuerte, Ruxandra olió algo, era un aroma repugnante el cual en lo más recóndito de su memoria recordaba haber sentido antes, mucho antes, pero no podía recordar lo que era. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la mano de Artur en su hombro, veía en todas direcciones con el ceño fruncido sabiendo que algo iba mal, algo que el silencio gritaba.

La puerta de la taberna al lado se abrió lentamente, un hombre de estatura baja, regordete y ya con sus pocos cabellos sobre su cabeza completamente blancos salió acercandose cauteloso.

-¿Vienen por la bestia?- preguntó. Sus ojos demostraban un terror desmesurado que no se molestaba en ocultar.

-Así es- contestó Moldovan intrigado. Esa expresión la conocía demasiado bien, no podría irse y dejar atrás a alguien en problemas.

Ruxandra e Iorghu le miraron, era increíble como siempre caía ante el llamado de auxilio, era un buen hombre aunque su apariencia férrea fuera intimidante, para la mujer, representaba alguien a quien admirar.

Se enfrentarían a la bestia que acechaba esos parajes, fue decidido.

*****

Ruxandra se recostó contra la ventana de la habitación, al menos consiguieron donde pasar la noche; observó por la ventana a Artur ser interrogado por varios pobladores que poco a poco dejaban la seguridad de sus casas para acercarse a la entrada de la posada, sonrió, jamás tendría como pagarle su generosidad, ni a él ni al joven Iorghu, ambos eran sumamente amables, considerando conocían parte de su pasado, el que menos vergüenza le causaba. Haber pertenecido al círculo más privilegiado de la sociedad vampírica le causaba más remordimientos que el haber dado su cuerpo como pago o recibido dinero por sus servicios. Cerró los ojos abrazándose a si misma, el frío que recorría su cuerpo al solo recordar ese día en que llegó a la posada junto a nana, le hacía temblar.

Sangre Pura (historia Original Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora