CAPÍTULO VII

257 22 7
                                    

¡WARNING

ESTE CAPÍTULO INCLUYE FEEDERING Y FOODPLAY!

༻° ◦☪◦ °༺

Su hermano lo recibió con una alegría poco propia de su persona y no era para menos pues llevaban cerca de un año sin verse. Su hermano portaba una sonrisa curiosamente inusual, ilusionada y feliz, le resultó sumamente extraño pues no era costumbre, ni tan siquiera, ver un atisbo de sonrisa en su cara.

¿Te pones tan feliz por verme?, no te he visto así desde hace mucho.

He encontrado a alguien que me hace feliz.

Aquellos enormes ojos se cruzaron con los míos y algo en mi interior se revolvió. No sé si fue su sonrisa, sus tiernos actos, su tierna forma de vestir o todo en conjunto que conquistaron mi corazón en menos de lo que nadie lo hizo jamás. Mi hermano solía dejarnos solos a menudo, confiaba más en mi de lo que debió de hacerlo, nunca fui bueno controlando mis impulsos, mucho menos cuando se trata de alguien que me gusta, y es aún menos probable si soy correspondido de la misma manera. Todavía siento contra mi piel su suave pelo castaño, sus sonrisas todavía erizan mi vello y su suave voz sigue clavada en mi memoria.

Hyungie, tu me cuidas más que nadie, quisiera salir contigo en vez de con Jin-hyung, a mi me gusta usted, nadie más, yo... lo amo.

Aún conservo el recuerdo de sus gemidos y de su piel sudada contra la mía como oro en paño, fue el día en el que comprendí que era él, que él era el indicado y, francamente, me importaba una mierda lo que Seokjin quisiera si eso significaba tener al chico a mi lado.

Hyung, te amo.

Yo también, Jungkook.

El contundente golpe en mi cabeza me desorientó por unos minutos, la sangre recorría mi nariz cual cascada, el miedo se veía reflejado en la cara de Jungkook, que observaba todo inmovilizado en una silla.

Confié en ti, Yoongi, ¿Así pagas a tu hermano?, ni siquiera mereces compasión y tú tampoco, zorra de mierda.

Pasé los siguientes meses pensando en él, en sus besos, en su tacto, en todo, no pude evitar volver a esa casa, el no saber de él me estaba matando por dentro. Entré por una de las ventanas, la única que no estaba cerrada a cal y canto en esa horrible casa, recorrí los oscuros pasillos haciendo el menor ruido posible, abrí cada habitación con el latiente miedo de que en algún momento el cuerpo de aquel hombre al que había llamado su hermano apareciera en algún momento y frustrara sus planes, el dolor palpitante en su cabeza lo mantenía aturdido. Al entrar en la última habitación de esa horrible casa vio un pequeño bulto encadenado a la pared en una de las esquinas, me acerqué lo más calmado que pude, sin buscar hacer algún ruido, esperando no sobresaltar al niño. La tenue luz que lograba colarse desde la ventana bastaba para dejar ver las múltiples heridas abiertas y moratones que adornaban su piel, un horrible sentimiento se apoderó de su ser, se sentó junto al pequeño en el suelo, acariciando con suavidad su espalda y percatándose de cómo se tensaba ante su tacto.

Kookie, soy yo, mi amor, estás bien, estoy aquí.

Apartó el pelo de su cara, en seguida apartó la mano, completamente aterrorizado, la delicada cara de Jimin hizo acto de presencia entre la lúgubre oscuridad.

¿Por qué? - fueron las suaves palabras que pronunció el pequeño - ¿por qué me estás convirtiendo en él?, no quiero ser él - cerró los ojos con fuerza, eso no era cierto, él no quería eso, él quiere a JIimin.

PAYASO 《YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora