CAPÍTULO XX (parte 2)

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El cuerpo de Jimin se tambaleó mientras Taehyung lo sujetaba de la cintura hasta llegar a la mesa. Se sentó en el único lugar libre y sentó a Jimin sobre sus piernas, posesivamente, mirando directamente a Chunhee.

Choonhe se acercó preocupada a acariciar la mejilla de Jimin, notó cómo su cuerpo estaba notablemente caliente.

— Enano, ¿estás bien?

— Está bien — Taehyung contestó — está perfectamente, solo se está sintiendo un poco mal, se le pasará.

— ¿Qué le has hecho?

— Nada.

Choonhe miró de nuevo al niño, tenía la mirada perdida, los ojos acuosos y respiraba pesadamente. Su pequeño no estaba bien.

— Jimin, deberíamos irnos, ¿vale, pequeñito? Nos vamos a descansar.

Cuando la mano de la chica tomó la de Jimin Taehyung la tomó de la muñeca y la apartó bruscamente de Jimin.

— No te lo vas a llevar, no me da la gana.

— No se puede ni mover, Taehyung, por dios.

— Está perfectamente bien.

La chica volvió a mirar a Jimin, quien se aferraba a la ropa de Taehyung, con los ojos cerrados, subiendo y bajando el pecho. Su piel se tornó perlada bajo las luces moradas y una de sus manos viajó hasta uno de sus oídos para tratar de amortiguar la música que retumbaba con fuerza.

— Escúchame bien, Taehyung. Tú puedes echar tu vida a perder todo lo que quieras, pero no vas a echar a perder la vida de alguien que sí quiere tener una y no se esconde y huye constantemente porque le da miedo vivir. Al menos déjame llevármelo hasta que esté mejor, no está bien, no sé qué le habrás hecho, pero necesita aire y no le estás dejando respirar, por favor, déjame llevármelo.

Taehyung observó como Mihi, Chunhee y Hyunki observaban al chico preocupados. Observó al niño. Dejó que la chica le tomara la mano a Jimin y se lo llevara junto a los demás. Chunhee lo recibió entre sus brazos y lo sentó sobre sus piernas mientras le echaba aire en la cara y mantenía a Jimin erguido con una mano en la nuca, mientras, Mihi intentaba que bebiera algo.

Taehyung apretó sus puños, tomó de nuevo la jeringuilla sobre la mesa mientras preparaba la última dosis que le quedaba de heroína. Apretó el elástico en su brazo. Su mirada se cruzó con la decepcionada mirada de Choonhe, que colocó su cuerpo delante de Jimin, evitando que pudiera verlo. La rabia volvía a su cuerpo lentamente, al menos hasta que la jeringuilla atravesó una de sus venas y soltó un suspiro de satisfacción. Su cuerpo se relajó y lentamente la espalda de la chica comenzó a estar borrosa y su mirada se centró en el techo mientras las luces pasaban de morado a la clásica mezcla de colores.

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— Taehyung.

El negro que había hinundado su mirada comanzaba a desvanecerse y a comenzar a ver colores, que tomaron forma para convertirse en una cara borrosa que se cernía sobr él y esa cara, al volverse nitida, le avasalló el pecho y su corazón comenzó a acelerarse.

— Jimin...

La mano de Taehyung buscó su mejilla, pero éste la apartó bruscamente.

— Mi amor...

— Te has quedado dormido, despiértate y ponte a hacer algo o vete, pero no te duermas aquí.

— Te quiero, Jimin.

Su mano volvió a buscarlo, pero Jimin volvió a apartarlo.

— No quiero estropear esta fiesta por eso no le he dicho a nadie lo que pasó en el baño, pero no me vuelvas a tocar en tu puta vida porque te la arranco.

PAYASO 《YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora