CAPÍTULO XVIII

87 8 1
                                    

La habitación estaba congelada por el frío de los últimos días del año y la nieve que caía al otro lado de la ventana, por la que se podían divisar apenas un par de rayitos de sol, pero bajo aquellas finas sábanas y aquella colcha remendada el calor que se daban los cuerpos abrazados era suficiente como para no querer salir hasta que la primavera no asomara otra vez.

Hacía dos días desde que había llegado a aquella habitación, y con ello a aquellas personas que en estos días lo habían hecho la persona más feliz del mundo, con las que tanto había intimado y tanto cariño les había cogido en tan poco tiempo, al igual que ellos con él.

Hacía apenas unas horas que había vuelto al cuarto después de haber paseado con ellos después de cenar. Pasaron horas y horas hablando sentados en el merendero de un parque hasta que ni él ni Choonhe pudieron soportar el frío pese a que él estaba completamente enfundado en ropa calentita y envuelto con el abrigo gigante de Taehyung.

El reloj marcaba las seis de la mañana cuando Jimin despertó de su sueño, pero se rehusaba a dejar el abrazo que Taehyung le brindaba. Alargó la mano hasta tomar uno de sus libros que había acabado casi al borde de la cama bajo la almohada. Taehyung, ante el pequeño movimiento, también abrió sus ojos.

— ¿Estás bien? — susurró, visiblemente preocupado.

Y no era para menos. Desde que había llegado no había parado de tener pesadillas por la que no dormían ni él al tenerlas ni Taehyung al dormir con él.

— Sí, sólo me desperté. — susurró Jimin de vuelta — Tranquilo.

— ¿No fue una pesadilla?

— Hoy no, no te preocupes.

Taehyung dirigió la vista a la mano que Jimin tenía sobre su pecho y que sostenía un libro que le había visto leer desde que llegó. Se dejó caer sobre la almohada con el brazo sobre los ojos, que apartó para dirigirle la mirada a Jimin entre la oscuridad.

— ¿Y qué coño haces con un libro a las... — hizo una pausa para mirar el reloj frente a ellos — seis de la mañana?

— No sé qué más hacer.

— Intenta dormirte otra vez, ni siquiera ha salido el sol todavía.

— Es que no estoy cansado.

— Nos acostamos a las tres anoche y son las seis, claro que tienes que tener sueño, Jimin.

— Pues no tengo.

— Lo que te pasa es que no descansas bien, no haces más que pensar. Así es imposible dormir.

— De verdad, Tae, no tengo sueño.

Taehyung suspiró cansado, a él si se le notaba que estaba agotado. Se incorporó y buscó entre las sábanas su teléfono. Jimin lo miró extrañado. Le tendió el móvil una vez lo puso en silencio, bajó el brillo y abrió un juego en él.

— Averigua tú sólo cómo se juega y entretente un rato, no lo he empezado a jugar.

Jimin tomó el móvil y Taehyung volvió a recostarse. El juego sólo logró entretener a Jimin por unos quince minutos, después soltó el teléfono de nuevo, captando la atención de Taehyung que aún no había podido dormirse.

— Tu juego es muy aburrido, Tae — le susurró tumbado en su pecho, intentando vislumbrar sus ojos en la oscuridad.

— Pues intenta dormir. Estoy cansado, Jimin, y presiento que mañana será un día largo, así que descansa bien o inténtalo al menos.

— Pues duérmete tú, te he dicho que no tengo sueño.

— No puedo si tú no lo haces. Dormimos en una litera de ochenta y el colchón tiene una hondonada de a saber tú cuánta gente ha dormido aquí, no nos queda otra que dormir pegados. Y así es imposible que me quede dormido si no vas a parar de moverte, aunque sea un poco. — Jimin intentó negar eso, pero Taehyung puso su dedo índice sobre los labios de Jimin — Antes de que digas nada, te conozco, no vas a parar de moverte en toda la noche. Intenta relajarte un poco y verás que te vas a quedar dormido en nada, por favor, inténtalo. Si no descanso me voy a morir mañana.

PAYASO 《YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora