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La casa de Alexei era un reflejo de su éxito como empresario, con muebles elegantes y detalles lujosos que denotaban su buen gusto y prosperidad. La sala de estar estaba decorada con cuadros de paisajes pintorescos y obras de arte contemporáneas, creando una atmósfera acogedora pero sofisticada.

Al ver la foto de Christiana, Alexei la tomó con ternura, sus dedos rozando el marco dorado con reverencia. La foto mostraba a una Christiana pequeña y risueña, con ojos brillantes y una sonrisa traviesa que iluminaba su rostro.
Alexei suspiró mientras observaba la foto, recordando los momentos felices de la infancia de Christiana. A pesar de sus travesuras y su naturaleza caprichosa, ella siempre había sido su niña, su tesoro más preciado. La nostalgia y el amor llenaron su corazón mientras se preparaba para dar la bienvenida a Christiana de vuelta a casa, esperando que su tiempo en Inglaterra hubiera traído consigo un poco de madurez y sabiduría.

Mientras Alexei sostenía la foto de Christiana en sus manos, una oleada de nostalgia y melancolía lo invadió. La imagen capturaba a su hija en su infancia, radiante y llena de vida, con una inocencia que parecía haberse desvanecido con los años. Sus rizos dorados caían en cascada sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con una chispa traviesa que lo transportaba de vuelta a los días felices que compartieron juntos como familia.

Pero junto con los recuerdos de Christiana, también llegaron los pensamientos de su difunta esposa. Durante años, la ausencia de su amada había sido una sombra constante en su vida, dejando un vacío en su corazón que nunca parecía sanar por completo. Sin embargo, con la llegada de Natasha, finalmente había encontrado un rayo de luz en la oscuridad, una compañera comprensiva que había llenado el vacío en su vida de una manera que nunca pensó posible.

La idea de casarse con Natasha había estado rondando en su mente últimamente, y aunque sabía que era lo correcto, no podía evitar sentirse nervioso por cómo reaccionaría Christiana ante la noticia. Su hija era caprichosa y posesiva, y temía que viera a Natasha como una amenaza o que se sintiera abandonada por su padre. Sin embargo, también deseaba que Christiana encontrara la misma felicidad que él había encontrado en Natasha, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para asegurarse de que su hija estuviera bien con la idea de su nueva relación.

Alexei, ansioso por la llegada de su hija Christina a Rusia, llamó a una de sus empleadas más confiables, Elena, a su despacho.

-Elena, necesito que consigas las flores favoritas de Christina. Va a llegar hoy y quiero que se sienta bienvenida -dijo Alexei con una sonrisa en el rostro.

 Va a llegar hoy y quiero que se sienta bienvenida -dijo Alexei con una sonrisa en el rostro

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-Por supuesto, señor Alexei. ¿Qué tipo de flores prefiere Christina? -preguntó Elena, lista para tomar nota.

-Sus favoritas son las peonías rosas. Siempre le han encantado desde que era niña -respondió Alexei con un brillo en los ojos al recordar a su hija.

Elena asintió y salió del despacho decidida a encontrar las mejores peonías. Recorrió varios floristas en la ciudad, buscando las flores más frescas y hermosas. Finalmente, encontró un lugar donde las peonías rosas lucían espléndidas, y compró un gran ramo.

Mi Reino por un Amor©© (COMPLETA✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora