Determinación

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Lentamente me incorporo con la mano derecha, fungiendo como soporte me apoyo sobre la palma, mientras que con la izquierda hago un recorrido desde mi frente hasta la nuca tratando de hallar el dolor sordo que me aqueja, me detengo al sentir una molestia en la parte trasera, toco el área para confirmar que tengo un chichón del tamaño de una pelota de goma de no mas de 2 cm, quiza, aún me cuesta enfocar completamente la habitación entera, me percato que estoy entre las sábanas de mi cama, completamente vestido al parecer, pues me percato que llevó la pijama puesta — ¿que hora es? — alcanzó a articular con mi boquita a medida que busco la ventana más próxima para darme una idea, me trato de incorporar pero sufro un pequeño mareo que hace que me apoye sobre la almohada con ambos codos, de igual manera eso no me detiene, retiro de a poco con un cierta torpeza las mantas y sábanas que me cubren, despegó de la cama el pie izquierdo primero, lentamente pero a un ritmo constante, seguido del derecho, percatándome que en el suelo ya me esperan mis pantuflas, las trato de acercar un poco a mi lado de la cama, pero mis pies no están del todo coordinados con lo que les pido, me levanto entonces para colocarme de una vez el calzado, me siento fatigado, un poco aturdido.

Comienzo a caminar de a poco, con cierta gracia, para inmediatamente detenerme, inspeccionó a que se debe lo incomodó de mi entrepierna, noto un pequeño bulto que sobresale, lo palpo un poco, la textura no es incomoda, parece algo super acolchado a la vez de algo húmedo, como si tuviera una pequeña toalla entre las piernas, es entonces, que, motivado por mi curiosidad levantó un poco el resorte de la pijama, apartandola de mi, jalandola con mi pulgar derecho, puedo alcanzar a ver perfectamente una pieza que está un poco mas oscura de la parte baja casi imperceptible, con algunos dibujitos de leoncitos mientras que a los costados de eso, puedo ver 2 bandas azules que sujetan la pieza blanca del centro, no hace falta ser un detective para darse cuenta de lo obvio, se trata de uno de los pañales que compramos mamá y yo con anterioridad, pero por ahora eso no es ni de lejos mi mayor preocupación.

Devuelvo rápidamente el resorte a su lugar liberandolo con mi pulgar, suelto un pequeño suspiro, hago una pequeña pausa, observó la puerta, entonces el pie izquierdo emprende el viaje hacia esta, seguido rápidamente por el derecho, sin titubeos abro la puerta para rapidamente bajar las escaleras.

— ¿Hola? ¿Victoria? - me asomo por debajo de las escaleras - ¿Hay alguien? — termino mientras sigo a la espera de que alguien aparezca desde cualquier parte observable de la casa. Escucho un cuchicheo que parece provenir de la sala, me acerco lentamente bajando despacio escalon a escalon. 

— ¡Hola Sam! No te escuche — menciona Victoria, quien se apresura a arreglar su cabello mientras trata de acomodar y dar forma a su sudadera un poco, a un costado puedo ver a un sujeto de quizá unos 20 años — ¿que hay campeón? — dice con un tono nervioso mientras se acomoda la jersey azul marino con un emblema de algún equipo que trae puesto.

— ¿Quien es ese? — digo señalando con mi dedo índice al hombre.

— El es Octavio, mi novio, ya lo conoces — me mira soltando una sonrisa, riendo nerviosamente a medida que se acomoda en su asiento apartando la mano de su enamorado de su hombro.

— ¿No te acuerdas de mi? Estuve aquí la semana pasada, me prestaste tu nintendo hahaha — contesta un poco extrañado viéndome de pies a cabeza, deteniéndose en mi entrepierna — creo que alguien tuvo un accidente — soltando una risa marcada, señalándome, mientras recoge de la mesita frente a él un envase de aluminio.

Rápidamente escondo con ambas manos el bulto que se forma en mi entrepierna con un tono rojo en ambas mejillas, caminando deprisa hacia la parte trasera del sofá más cercano, Victoria quien no puede evitar voltear con las palabras de Octavio también se da cuenta de lo sucedido en mi pantalón — ya sabes donde esta el resto de pañales, solo sube y cámbiate, no te preocupes por el pañal sucio, déjalo en el bote de basura — finaliza sosteniendo el control remoto de la tv para comenzar a alternar canales.

Sueños de MarzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora