Chupete

298 15 4
                                        


El vértigo me invadió de pies a cabeza, tanto que casi me voy de bruces frente al televisor, lleno de rabia comencé a gritarle al aparato, golpeándolo sin cesar una y otra vez como si por hacerlo, fuera a cambiar algo. Comenzaba a comprender que había sucedido, era como si alguien mas tomara mi vida, mi cuerpo, mi todo, me aisló en una prisión dentro de mi....¿mente?

Supe que gritar y arrojar cosas no tendría utilidad, di un largo y cansado suspiro, me recosté sobre el sofá detrás de mi, subí los pies en uno de los respaldos, cruce las manos y comencé mi plan para recuperar lo que me habían quitado.


==========================                                                             =============================


¡Ahhhhhh la escuela, siempre había querido estar aquí! Todo es increíble, incluso el uniforme es suuuuuper cómodo, hahaha y pensar que Sam no paraba de quejarse de su vida estudiantil — cretino — dije en voz alta.

Me era imposible controlar mi fascinación ya no digamos controlar mi sonrisa la cual era increíblemente notoria, me atrevería a decir que era el niño mas feliz ahí presente. Camine, mejor dicho, iba dando pequeños brinquitos hasta que me tope con el salón donde sabia que debía tomar clases, había visto este panorama miles de veces, pero nunca me imagine poder estar presente de cuerpo y carne.

Con mi emoción aun presente entre al pequeño y acogedor salón lo mas animado posible, saludando a quien se me atravesara, les daba un muuuuuuy largo y fuerte abrazo, tan cálido y gentil como me fuera posible, algunos lo tomaban bien, me daban cumplidos y agradecían el gesto un poco sorprendidos, por supuesto, otros simplemente no respondían o quizá no sabían como contestar una muestra de afecto tan repentino.

Una vez llegue a mi pupitre y tome asiento, note un dedo el cual me picaba el hombro izquierdo, por instinto devolví la mirada en esa dirección.

— Ehhhhh ¿Me puedes explicar que fue todo eso? — dijo la voz algo desconcertada, inmediatamente supe a quien pertenecía.

— Uhhh... ¡hola Juan! — dije mientras sacudía la mano de un lado a otro con mucha vehemencia  en tono de saludo

— Ah....si. hola — dijo haciendo cara de rareza — ¿Qué te tiene tan emocionado? — añadió acercándose a mi a medida que me jalaba un poco hacia el.

— ¿Puedo decirte Juanito? — espete antes que mi amigo pudiera decir algo — ehhh no, no puedes — pronuncio de manera tajante haciendo un gesto ahora si, de total extrañeza.

— ¿Bueno, a ti que te pasa? — dijo mientras me tomaba de la cara con ambas manos y me inspeccionaba de cerca, bien atento a cualquier diminuto cambio; mientras era esculcado de rostro completo trataba de explicar el porque de mi actuar

— Y esa es la razón de que me sienta tan feliz — Juan , quien ya había parado hace unos minutos con su inspección, solo inclino la cabeza un poco — Sam a veces eres raro, pero hoy, hoy te superaste por mucho — me dio una pequeña palmada en mi hombro y ahí retuvo su mano — fingiré que te creo y que no fue un sueño, pero por tu bien Sam, deja de comer todo lo que te de Vicky — finalizo con una pequeña risa.

— Pero...es la verdad — dije un poco molesto y confundido de que no me creyera — seguro que lo es — añadió para posteriormente levantarse de su asiento y saludar a mas niños.

No podía ver ni a Cristian o Luis por ningún lado a pesar de que faltaban 5 minutos para que comenzara la clase, un poco decepcionado voltee a ver el asiento a un costado derecho mío, para notar la ausencia de a quien mas ganas tenia de ver el día de hoy.

Sueños de MarzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora