Cambios Pt.2

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— Ohhhhh asi que aqui estaba — dijo Vicky tomando una pequeña escultura hecha con silicona que se encontraba en una de mis tantas repisas de mi habitación — pensé que nunca te volvería a ver — añadió mientras restregaba la pequeña figurilla a su mejilla derecha. Después de ese pequeño reencuentro y haber escuchado a Victoria decir que era un pequeño ladrón en voz baja, comenzó a inspeccionar detenidamente la habitación en busca de algo.

— Vamos a ver ¿donde podríamos ponerlos? — se pego el pulgar a su labio superior apoyando su codo sobre su otro brazo que rodeaba su abdomen mientras no dejaba de observar los muebles delante de ella, me pareció intuir que lo había resuelto pues hizo un gesto rápido que inmediatamente hizo desaparecer de su cara — no, muy obvio, quiero tenerlos a la mano, que tus amiguitos ni nadie mas los halle con facilidad - suspiro, soltando mucho aire desde el pecho -  ser buena persona es cansado  — dio un largo y profundo estirón de brazos apuntando al techo.

— okokokok — bostezo demostrando una fatiga descomunal, tanto que de pronto yo tambien me senti cansado — espero que no sea contagioso — dije al momento que lanzaba al aire por segunda vez una pequeña pelotita mientras permanecía acostado moviendo un poco ambos pies de arriba abajo, Vicky solo soltó una pequeña risita. 

— ¡Ahhhhhhhhhhhh! me rindo, es muy agotador pensar — exclamó al tiempo que se dejaba caer a un costado de la cama, interceptando con su mano mi pelotita mientras yacía en el aire — vamos enano, dame ideas — manifestó aquella adolescente que daba la impresión que en cualquier momento quedaría K.O sobre el colchón, botando la pequeña esfera hacia una de las esquinas de la habitación. Pensar no es su fuerte, pensé, soltando una pequeña risa — ¿que te hace tanta gracia? — espeto con un pequeño quejido — nada — atine a decir alzando mi cabeza, tratando de encontrar el rumbo que había tomado mi pequeño juguete redondo.

Así pasaron unos minutos, ambos permanecimos sobre mi cama, yo trate de no hacer el más mínimo movimiento pues, no quería por ningún motivo, alertar aquella concentración que se notaba de inmediato; pensé en el porvenir de los días, no me gustó en absoluto lo que supuse así que opte por tararear una canción de algún comercial que había visto durante el programa de televisión que vimos más temprano — no es "tururu" es "tutu ru" — explicó ella, yo, me callé de inmediato.

Hubo un pequeño silencio que se vio interrumpido por el movimiento de la mano de Victoria, buscando algo con desesperación en el pequeño bolsillo que tenía en la sudadera que traía consigo, no tardo mucho, pues, en un breve periodo de tiempo cesó la búsqueda. De su abrigo sacó su celular y por mera inercia los auriculares también salieron con el aparato. — Enseguida regreso enano — se levantó con prisa para salir directamente por la puerta de la habitación.

Pasaron quizá unos 10 minutos, yo buscaba debajo de la cama la pequeña esfera con la que jugaba, pero no pude dar con ella, moví mi pequeña mesita de noche a un costado, alborote el orden de mi pequeño silloncito, levantando el cojín, como si mágicamente haciendo esto, aparecería por arte de magia a sabiendas que la había visto rebotar en la dirección contraria de donde se encontraba el pequeño sofá, no falta decir que no estaba ahi, je. Me encontraba de cuclillas, metiendo la cabeza debajo de mi cama por tercera vez cuando oí girar la manija de la puerta, era Vicky quien hacia acto de presencia.

— Al fin lo tengo — dijo con un tono absoluto de confianza — ven, ayúdame — me aparte de mi tarea de búsqueda para ponerme de pie y apoyar a mi niñera en lo que sea que me necesitara, cual fue mi sorpresa al percatarme que llevaba encima de sus brazos, apilados en una sola hilera vertical los paquetes de pañales......perdón "los calzoncillos nocturnos" que parecían una enorme torre. — Y aún faltan tres paquetes — contesto Vicky viendo mi cara llena de repudio, vergüenza y terror.

Sueños de MarzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora