—¿Iba a ser esto mi castigo por tratar de asesinarte, o sólo era otro intento por suavizarme?— le preguntó Hoseok antes de que Anya pudiera hablar— De todos, modos, los dos sabemos que no pensabas llegar más lejos. Tu crueldad me asombra.
¿Crueldad?
¿Cuando se moría por él, cuando una parte de ella quería olvidar finalmente la maldición y pasar la eternidad en sus brazos?
—Soy capaz de mantenerme con vida, muchas gracias. No necesito tu ayuda, y nunca he necesitado suavizarte. ¿No lo he admitido ya? Y, para tu información, no tienes derecho a hablar de intenciones crueles.
—Eso son evasivas— dijo él— Vamos, hazlo.
Pensaba que estaba siendo duro, obligándola a marcharse. Sin embargo, debería haber sabido que no iba a ser así. Ella nunca lo hubiera pensado, pero quería hacer aquello de verdad. Quizá lo había estado deseando desde el principio.
Lentamente, Anya se movió hacia su cuerpo hasta que su boca estuvo al mismo nivel que el miembro de Hobi. A él se le cortó el aliento, y la habitación quedó en silencio de nuevo.
—Anya, tú...
—No voy a hacer esto para demostrar nada— lo interrumpió— Voy a hacerlo porque no puedo contenerme. Quiero hacerlo. Tu sabor..., tengo que averiguar si es tan bueno como me imagino.
Y, dicho aquello, lo tomó en su boca, completamente, deslizándose hasta abajo y sintiendo cómo le rozaba la garganta.
Era una sensación extraña, pero le gustaba.
El gruñó entre la agonía y el placer, y enterró las manos en el pelo de Anya.
—Anya... no... No debería haber... Anya...
Arriba, abajo, arriba... Ella se movía por instinto.
—No... no... Ah... por los dioses, Anya. No pares, Por favor, no pares...
De ordenar a suplicar.
Ella disfrutó de su poder, de la necesidad que él irradiaba. Era suyo.
Anya continuó moviéndose hacia arriba y hacia abajo, mientras giraba la lengua y acariciaba cada centímetro de piel que encontraba.
Tomó los pesados sacos de sus testículos. El se arqueó. Todos los músculos de su cuerpo estaban tensos. Ella podía sentir el zumbido de la pasión en su sangre. Y quería más. Tenía que conseguir más.
—He cambiado de opinión, Anya. Para... ¡Para!
Sin piedad, ella continuó deslizándose hacia arriba y pasando la lengua por la punta hinchada.
Succionó y mordisqueó con suavidad.
Hacía con su pene lo mismo que con sus piruletas, pero el sabor de Hoseok le gustaba mucho más.
El deseo... o su deseo.
—Voy a... ¡Anya!
Hoseok rugió su hombre mientras el clímax se apoderaba de él. Derramó su simiente cálida en la boca de Anya.
Ella tragó hasta la última gota e incluso lamió los pequeños restos, sabiendo que a él le complacería.
Cuando se sentó, Hoseok continuaba sufriendo espasmos de placer, y tenía los ojos cerrados y la boca abierta en un gesto maravillado.
«Yo he hecho esto», pensó ella con orgullo.
Nunca se había sentido más poderosa y nunca había sido testigo de una visión más erótica.
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2. Besos Oscuros // Jung Hoseok
FanfictionAunque contaba con siglos de existencia, Anya, la diosa de la Anarquía, no había conocido el placer hasta que cruzó caminos con Hoseok, la encarnación de la Muerte. Un guerrero condenado a llevar las almas de los perecidos al Más Allá durante toda...