Hobi tomó a Anya del brazo y la detuvo justo antes de que atravesara la puerta arqueada. Ella lo miró con curiosidad, y él meneó la cabeza.
—Tú primero— dijo a Kang, por si acaso estaban entrando en alguna trampa.
Al principio, el guerrero no reaccionó. Sin embargo, después entrecerró los ojos y se encogió de hombros.
—Muy bien. Yo iré primero.
Sin decir una palabra más, Kang pasó por la puerta. Desapareció como si nunca hubiera estado en aquella montaña.
¡Joder! Era una puerta.
Hoseok experimentó un momento de alegría. Quizá encontraran la Jaula de la Coacción después de todo. Con aquel pensamiento, su alegría se vio mitigada por la aprensión. Tal vez tuvieran que luchar contra Hidra para poder llevarse la jaula. Se lo había esperado, pero la posibilidad nunca había sido tan real.
—Después de mí— le dijo a Anya, y se le adelantó antes de que ella pudiera protestar— Prepárate para luchar.
Tomó una daga en cada mano y atravesó el umbral de la puerta. Después de ver un pequeño resplandor, sintió sequedad y luz. En un momento estaba envuelto en nieve y hielo, y al siguiente estaba en el paraíso. Notó aire cálido que hizo que comenzara a sudar.
—¡Wow!— susurró Anya detrás de él— Esto es asombroso...
¿Quién habría pensado que hay un lugar así en estas montañas?
Kang... ¿Dónde estaba?
Hobi miró alrededor por la isla tropical. Había árboles exuberantes de color esmeralda y flores de todos los colores. El aroma de los cocos y las pinas impregnaba el aire. Era maravilloso.
Él frunció el ceño, confuso, mientras los músculos se le relajaban por voluntad propia.
Siguió buscando a Kang con la mirada, y lo vio apoyado en un peñasco, cruzado de brazos. Tenía una expresión decidida, aunque intentaba aparentar indiferencia.
Hobi se quitó el abrigo y lo dejó en el suelo. Anya también se liberó de la ropa de abrigo y comenzó a bailar entre las flores, riéndose.
—Aquí es donde tenemos que venir de luna de miel. No veo ni rastro del monstruo, ¿y tú? ¿De verdad te importa? ¡Nunca me había sentido mejor!
—No, yo tampoco veo a Hidra— respondió Hoseok, y sonrió.
«Es cautivadora», pensó.
«Es mía».
Y si se las arreglaban para hacerse con la caja, quizá pudiera vivir y quedarse a su lado. De repente, ella se detuvo, y señaló a lo lejos.
—Hobi, ¡mira! ¡Es la Jaula de la Coacción!
Hoseok miró hacia el lago que se extendía ante ellos.
Al lado derecho, sobre una peña, había una jaula de aspecto muy normal. No era espectacular, como se hubiera esperado de una reliquia celestial, pero sin embargo, tenía unos barrotes pulidos que eran tan altos como para albergar un humano y tan anchos como para que el humano pudiera tumbarse y no tocar el lado contrario.
¿A quién se suponía que debían encerrar allí?
Anya había creído que quizá a Hidra.
—No es tan glamurosa como yo había pensado— comentó Anya, diciendo lo que él también pensaba.
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2. Besos Oscuros // Jung Hoseok
FanfictionAunque contaba con siglos de existencia, Anya, la diosa de la Anarquía, no había conocido el placer hasta que cruzó caminos con Hoseok, la encarnación de la Muerte. Un guerrero condenado a llevar las almas de los perecidos al Más Allá durante toda...