𝐂 𝐇 𝐀 𝐏 𝐓 𝐄 𝐑 𝐈𝐗

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Jeon JungKook y Jeon JeonGguk asistieron a una competencia internacional que se llevaría a cabo en Seúl. Trata sobre conocimiento, coherencia, análisis y analogía. Un premio más para el montón que tenían los azabaches. Debido a su evento, ellos dos tuvieron que viajar sin Kim, ya que el de pelos grises trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, no podía irse tan fácilmente. 

Y claro que los hermanos le rogaron, casi lo obligaban a ir con ellos pero era algo que no estaba en manos de TaeHyung. Al final, los menores entendieron y le dijeron a su representante académico que estaban dispuestos a asistir solamente por un día. Era imposible, pero Kim NamJoon tuvo que mover muchas cosas para que se pudiera cumplir el capricho de los ingeniosos Jeon.  Así los azabaches llegarían a Seúl, directamente al edificio en donde seria la competición y después de la premiación, se iban a retirar sin una fiesta, ni un brindis. Ellos volarían de vuelta a Busan, para poder cuidar de su hyung.

Los gemelos se habían retirado por la madrugada, Kim los despidió deseándoles suerte y que tuvieran un trayecto tranquilo. Estaría solo nuevamente, ya que los gemelos habían visitado Seúl hace bastante tiempo, gracias a los diversos concursos que se realizaban en la capital de Corea del Sur. 

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Suspiro relajando sus tensados hombros. Una ola de melancolía lo atacó, dejando su mirada perdida en una esquina del salón, como muchas veces sucedía. Estaba consciente que los gemelos ya tenían dieciocho años de edad, ya no eran unos niños que cuidar. Lo hacía temblar la idea que algún día se casarían y lo dejarían solo. Los amaba con toda su alma, no podría perdonarse perderlos.

El moreno siempre optaba esa actitud de tristeza cada que los azabaches abandonaban su residencia para explorar el país gracias a su coeficiente intelectual. No lo malinterpreten, Kim estaba feliz, orgulloso y se sentía bendecido con esos niños que eran la alegría de su pequeño apartamento. Saber que no tenían absolutamente nada y que hoy en día asistían a grandes acontecimientos, todo gracias a su inteligencia. Eran todo para TaeHyung.

No se dio cuenta cuando su compañero de al lado entro al salón con un semblante depresivo, ni tampoco se fijo en el de pelos azules tomando asiento. 

Las palabras del azabache Jeon seguían atacando su mente de manera grotesca, dañando lo poco que le quedaba de autoestima y confianza. Ya no se sentía seguro en seguir intentando tener una amistad con TaeHyung. El peligris era demasiado para él, jamás se fijaría en alguien nada atractivo y gordo. 

Park jugueteo con sus dedos obligándose así mismo a no hablarle al distraído Kim. Mordió su labio inferior reteniendo sus palabras, quería saber como estaba o del por qué su expresión de tristeza en sus preciosos ojos color café oscuro. Sin poder quedarse callado, volteo su cabeza dispuesto a hablar.

— ¿Estás bien?— Preguntó curioso esperando la respuesta del menor, sin embargo, este se sobresalto debido a la impresión que le causó escuchar tan de repente la voz de JiMin. — Perdón, no quería asustarte. Te vi tan distraído y yo... — Intentó explicar pero Kim salió de su trance observando a Park, quien sintió una energía eléctrica recorrer su cuerpo en el momento que TaeHyung lo miro. — Yo... Ay, no me veas así. — Tapo su sonrojado rostro con sus pequeñas manos. El de pelos grises soltó una agradable carcajada, sin burlarse de él. 

— No pasa nada, Park. Estoy bien, ¿Tú cómo estás? — Su voz era grave, pero el tono en el que producía las palabras era uno lleno de paz. JiMin se sorprendió ante el acto de amabilidad del contrario, nunca le había hablado así ni menos preguntado sobre su estado.

— No te notas muy bien, TaeHyung-ssi. Yo estoy... Bien. — Mintió, Park no había comido bien desde que JeonGguk atacó su peso. — Estás triste. — Mencionó al notar su expresión de tristeza.

𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 𝐉𝐄𝐎𝐍'𝐬 ꒰࿔ 𝐤𝐨𝐨𝐤𝐯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora