(✓) 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 •˖* Jaden Hossler

chapter twenty six ༉‧₊

👨🏻‍🎤🎸26. | ¿hello?
JADEN HOSSLER

El auto que me había recogido en aeropuerto estaciona frente al edificio ya tan reconocido por mi. Una vez le pago al conductor bajo del auto y me encamino al entrada de este. En recepción no tuve que pedir algún tipo de autorización, al contrario, ya era tan conocido de hace unos meses atrás que inmediatamente me permitieron el ingreso.

Respiro pesadamente cuando las puertas del ascensor en el piso número catorce abren. Ver ese pasillo tan reconocido me provocaba recuerdos fugaces.

—Vamos. —me alenté, armándome de valor tomo mi maleta y comino por este hasta estar frente a la puerta de ese penthouse.

Tin, don.

Toque el timbre sin pensarlo dos veces.

De pronto me faltaba aire, mis manos sudaban y temblaban sin descontrol. Me encontraba impaciente, ansioso, temeroso y nervioso.

Una y otra vez en mi mente repaso lo que tendría que decir, lo que en verdad quería decir. Sabía que un lo siento no sería suficiente pero tampoco existía otra palabra tan concreta que podía expresar cuán arrepentido estaba.

Las esperanzas que llevaba pronto se vieron arruinadas cuando la puerta fue abierta pero no encontré a esa persona que deseaba.

—¿Y tú qué haces aquí? —preguntó Gigi con su voz firme, su rostro serio expresaba el desagrado de mi presencia.

—¿Esta Tay? —me atreví a preguntar.

—Querrás decir Taylor. —corrigió. —No, ella no está aquí. —finalizó, su mirada desafiante sobre mi.

Si las miradas realmente mataran ahora yo ya estaría tres metros bajo tierra.

—¿Algo más en ayudarte? —preguntó sería, sus manos cruzadas y expresión de enojo. Tras suyo, por encima de su hombro, otra cara parecida apareció.

—¡¿Y este que hace aquí?! —Kendall exclamó furiosa.

—Lo mismo le pregunto. —le respondió Gigi, su mirada asesina aún fija sobre mi.

Era claro que no era bienvenido y que cualquier tipo de esperanza y/o confianza se habían desvanecido.

—Solo quiero saber dónde está Tay. —supliqué.

—¡Taylor! —aclararon ambas.

—Por favor, díganme. —les supliqué como último.

Ambas se miraron entre sí no muy convencidas.

—Ella salió. —por fin me aclaro Kendall.

—¿Cuando volverá? —pregunté.

—Tardará un poco, asi que mo esperes por que no serás bienvenido. —sonrió Gigi sarcásticamente.

—Chicas.

—¡No! —gritó Kendall. —¡Le hiciste daño a mi amiga! ¿Y ahora piensas venir y plantarte en su apartamento? ¡No! ¡Tay no te necesita! ¡Ella esta mejor después de tiempo! ¿Sabes lo horrible que es ver a tu amiga destruida por una persona como tú? ¡Eres un egoísta! —terminó por gritar exasperada.

Lo siguiente fue la puerta del apartamento cerrarse en mi rostro.

Suspiro pesadamente ante tal decepción.

Si ellas me odiaban así, no quería ni imaginar cómo lo hacía Tay.