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Siete de la tarde. Cuatro platos de comida llenos, mas sus raciones a un lado. Soju. Palillos. Una música tranquila de fondo en un canal de televisión con imagenes de paisajes. Y la mesa estaba servida. Así estaba arrancando la noche de Yaebin en su casa junto a sus padres, y un Taeho muerto de miedo. Desde su asiento, a un lado del chico, podía notar su nerviosismo y juraba que en cualquier momento una gota de transpiración caería por su frente.

Yaebin intento calmarlo agarrando su muñeca y dandole suaves apretones, para que entienda que no estaba solo. Y aunque la "tranquila" de la situación parecía ser ella, la pelinegra también tenía los nervios de punta. Este plan podría salir bien como podría salir mal. Ellos nunca se habían puesto a pensar como reaccionarian los padres de la chica al enterarse del engaño falso del chico, era algo que la misma Mina les había hecho replantearse, pero ya era tarde. Ahora o nunca.

- Y, Taeho. ¿Como van los estudios?-empezó la charla el padre de Yaebin justo cuando arrancó con su primer bocado, permitiendole a los demás empezar a comer.

- Bien. Ahora tuvimos unas vacaciones ya que los exámenes finales han terminado. De hecho, me pasé de la fecha limite pero me mantengo al tanto online. Los trabajos son subidos al campus virtual y procuro entregarlos en fecha y hora así no me atraso para cuando vuelva.

- Eso me parece perfecto-la madre de Yaebin sonrió de oreja a oreja escuchando al chico hablar. Taeho agradeció algo tímido dando una corta reverencia. - ¿Cuando piensas volver?

- En dos semanas seguramente.

Mientras ellos conversaban Yaebin le mando un mensaje al chico sentado junto a ella. "No seas tan perfecto, acuérdate que debes romperme el corazón en unos minutos" Obviamente el mensaje no fue visto al instante pero si un rato después y Taeho se tuvo que aguantar una risa irónica.

- ¿Qué tienen pensado para el futuro?

La pregunta que su madre llevaba esperando hacer desde que arrancaron a cenar era esa. Saber qué van a hacer. Después de todo en su cabeza ellos eran pareja, siempre se gustaron y siempre hubo química. Taeho miró algo desconcertado a la pelinegra sin saber qué comino responder a eso. Mientras que Yaebin pensaba y pensaba. Lo único que tenia a favor era que conocía a su madre a mas no poder, así que sabía que respuestas eran correctas para ciertas preguntas y cuales no.

- Aún no hemos pensado en un futuro, mamá-soltó la chica dejando los palillos sobre la mesa algo inquieta. Le estaba costando mentir, debía admitirlo. - Taeho se irá en menos de un mes y no tenemos nada planeado de acá en adelante. Solo vamos sobre la marcha.

- Deberían-la mirada penetrante de la señora Im era hasta dolorosa. Mas sobre su hija que sobre su falso yerno. - Si Yaebin debe irse de Corea para poder estar contigo, nosotros lo aprobamos.

Yaebin levantó la vista sorprendida.

- Mamá.

- Lo hemos charlado con tu padre-su madre tomó la mano de su esposo que reposaba sobre la mesa. - Aceptamos que hagas ese sacrificio de dejarlo todo aquí si es por estar con Taeho, hija.

- ¿Estás loca?-Yaebin soltó sin pensar, muy molesta y abrumada.

- ¡Yaebin!-reprochó muy molesta su madre frunciendo el ceño. - ¿Qué tiene de malo pensar en el futuro de nuestra hija y apoyarlos? Pensé que querrías escuchar algo así salir de mis labios.

- Porque no es mi futuro, sino el que ustedes quieren que tenga-escupió.

Lo único que la tranquilizó fue un apretón fuerte y suave al mismo tiempo en su muñeca. Taeho negó con la cabeza cuando ella volteó a mirarlo. Debían empezar con lo planeado ahora mismo. Ya. En este instante.

La señal era la siguiente. Yaebin chocaría la pierna de Taeho a propósito, él la debía mirar y si ella se llevaba un mecho de pelo detrás de la oreja; era el momento. Tenían todo planeado, como empezaría, qué dirían y como se supone que terminaría. Y una vez que Yaebin hizo todo ese procedimiento, y claro que Taeho estuvo al tanto, empezaron con la principal idea de esta estúpida cena.

- Lo siento, no me hagan caso, dormí medio mal en la noche, eso es todo-Yaebin suspiró dejando de lado el enojo y concentrándose en su propósito. - Taeho, ¿Quieres contar lo que pasó esa vez que fuimos a cenar a Dîner?-ella largó una risa falsa recordando un momento que nunca pasó.

Taeho le siguió.

- ¡Ah, esa cena!-sonrió. - Recuerdo lo hermosa que te veías esa noche en tu vestido rojo. Bien, lo que pasó fue que...

- ¿Vestido rojo?-la chica mantenía su ceño fruncido, tratando de recordar ese supuesto vestido rojo. - Nunca he usado un vestido rojo para una cena, Taeho. Ni siquiera sé si tengo uno.

- ¿Qué dices? Estoy seguro que tenías tu vestido rojo con mangas cortas caídas a los hombros.

Yaebin comenzaba a actuar un toque mejor tratando de hacer la escena mas creíble a los ojos penetrantes de ambos de sus padres frente a ella. La pelinegra se acomodo para quedar frente a Taeho y así charlar como si solo estuviera ellos dos, ensayando el guión de nuevo a como habían hecho días atrás en el departamento del chico.

- Yo no tengo ningún vestido rojo. Taeho, llevas en Namyangju mes y medio, empezamos a salir una semana después de tu llegada. Creo que puedo recordar tranquilamente qué usé en cada una de nuestras citas.

- ¿Estás segura? Recuerdo que llevabas un collar con un cristal, uno que te regaló tu madre en la navidad pasada.

Ambos bajaron los ojos al cuello de Yaebin, que estaba vacío, nada lo rodeaba. Y ahí estaba el punto clave de este acting.

- Yo no le regalé ningún collar en navidad a mi hija-sentenció la madre de Yaebin también sintiendo algo de desconfianza en el aire.

- Taeho tú... ¿Te viste con alguien mas?

- ¿Qué?-preguntó él, atonito. El padre de Yaebin también lo había preguntado al mismo tiempo, solo que en vez de verse sorprendido se notaba molesto de pies a cabeza. - ¿Cómo puedes pensar algo así de mi?

- ¡Yaebin! Pero que cosas dices-se metió su madre. - No creería jamás qué Taeho... Sería capaz de hacer tal cosa.

- Mamá, dejame que me encargo yo-dijo friamente. Volvió la vista a Taeho. Los ojos de Yaebin se notaban oscuros, hasta el mismo chico se asustó de que se lo estuviera tomando muy en serio. - ¿Qué mas recuerdas de ese día del vestido rojo? ¿Que hicimos después de cenar?

- ¿Yaebin qué tiene que ver...?

- ¡Contéstame!

- Recuerdo que fuimos, cenamos, yo pedí Lasagna y tu unos arrollados de zanahoria, lechuga, pollo y brócoli. Luego de eso fuimos al cine a ver... -pero Taeho no pudo terminar, de hecho ninguno de los tres presentes lo dejó continuar porque el detalle ya estaba dicho.

- Yaebin odia el pollo.

- Yo odio el pollo.

Yaebin, de hecho, odiaba el pollo.

LONELY ━━ park sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora