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1 día atrás.

Era el medio día cuando Yaebin despertó y seguía en el sofá del departamento de Sunghoon. La luz del sol entraba por la ventana y le daba directamente a los ojos por lo que se quejó, se dio vuelta y luego de suspirar pesadamente se levantó. Miró todo a su alrededor al darse cuenta que no era su casa. Así que a paso rápido fue directo al cuarto de Sunghoon con las esperanzas de verlo ahí, durmiendo, usando su celular o estudiando. Pero solo se encontró con la misma cama desarreglada que vio ayer a la noche cuando llegó, sin ningún cambio.

Eso le dio a entender que el rubio no había vuelto aún.

— ¿Donde estás?—preguntó en un susurro que, obviamente, solo ella escuchó.

Yaebin fue al baño a lavarse la cara mientras pensaba en donde podría estar el chico. Fruncía el ceño ante posibilidades imposibles. Ni siquiera tenía el número de sus padres o algún familiar como para preguntar. El único número que tenía era el de Jay pero él tampoco respondía, lo cual la ponía un poco mas nerviosa. Y tampoco quería parecer desesperada.

Esa misma tarde volvió a su casa dejando la casa de Sunghoon sin dueño. Decidió que volvería al día siguiente para verificar otra vez.

A penas llegó a su casa su madre la invadió de preguntas, quejas y gritos, Yaebin no dijo nada y solo asentía y escuchaba. Estaba obstruida en sus pensamientos.

En la noche casi que no pudo dormir. El insomnio se le fue cerca de las tres de la madrugada. Se pasaba los minutos revisando sus notificaciones, y aunque no quiso preocuparse antes de tiempo se le hizo casi que imposible.

Sunghoon no era de los que escapaban de la nada, no tenía razones para hacerlo.

¿O sí?

El problema para ella no fue dormir poco, sino que al otro día, a las diez de la mañana cuando llegó a lo de Sunghoon el departamento seguía vacío. Le había preguntado a Camille si Sunghoon se pasó por aquí pero hasta la misma mujer negó y también estaba algo preocupada. Después de todo fueron dos días sin que el chico apareciera.

Como respuesta la preocupación le tomó el pecho con fuerza. ¿Dónde estaba? ¿A donde fue? ¿Estará solo? ¿Tal vez se fue de la ciudad? Pero él le hubiera avisado. ¿Y si pasó algo? ¿Con quién fue? ¿Para qué salió? ¿Se habrá metido en problemas? ¿Y si le pasó algo?

¿Y si le pasó algo?
Se repetía constantemente en su cabeza en el fondo de su subconsciente, tratando de hacerle foco a todas las respuestas erróneas posibles.

Yaebin salió de la residencia a la velocidad de la luz. No llamó por ningún taxi, simplemente fue a paso rápido por las calles tranquilas con la cabeza hecha un lío. Tan distraída estaba que casi cruza un semáforo en verde sin mirar. El auto pegó una frenada a punto de chocar el cuerpo de la chica; Yaebin cayó al suelo del susto. El conductor salió algo asustado y él junto a algunas personas de su al rededor se acercaron a ver si ella estaba bien.

Yaebin no podía hablar, sentía que le faltaba el aire. El presentimiento de que algo andaba mal la estaba matando. Con un nudo en la garganta, aún sin poder decir ni una palabra, se levantó del suelo siendo ayudada por el dueño del auto y una señora.

— Niña, ¿se encuentra bien?—Yaebin pudo escuchar eso, así que ella reaccionó mirándolo al hombre que expectante esperaba una respuesta clara.

— Sí, lo siento. Estaba distraída y no miré el semáforo—la pelinegra se disculpó con una reverencia. El hombre dijo que no había problema y así la gente se empezó a dispersar.

— ¿Quiere que la alcance a algún lado?—Yaebin lo volvió a mirar y con ojos suplicantes asintió.

— Si no es mucha molestia lo agradecería.

LONELY ━━ park sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora