— Te gusta.
— ¡Claro que no!—se quejó Yaebin dándole otra cucharada a su pote de helado. — No puede ser.
— ¿Por qué no?—su prima Gaeri frunció el ceño. — Se conocen hace unos meses, cada vez se llevan mejor, me contaste que fue comprensivo contigo y te trata bien. Desde un principio él también se interesó en ti, es tu turno de dar el segundo paso, Yaebin.
— Si, pero Sunghoon se interesó en mi para ser amigos, no para algo mas. Y aún siento que sea así por su parte—Yaebin se encogió de hombros restándole importancia. Gaeri la quiso golpear.
— A veces eres tan tonta—Gaeri la apuntó con su cuchara, tratando de verse amenazante. — Estuvieron a punto de besarse. Pícara.
— Fue una confusión mía—hubo un silencio, Yaebin entendió que su prima no le creyó nada asi que rodo sus ojos. — Él llevó a esa chica a la cena, me dijo que eran amigos conociéndose aún pero eso no cambia el hecho de que la llevó a ella por sobre todas sus amigas de confianza—se encogió de hombros.
— Sobrepiensas mucho. Te gusta y tienes dudas o no te gusta y quieres ser solamente su amiga, simple.
— ¿Qué pasa si me gusta un poco pero también quiero ser su amiga?
— Idiota, eso es ser su novia.
— ¡¿Eh?!
Gaeri asintió y se acomodó en la cama para dar su explicación.
— Estar de novia con alguien no solo es tener a esa persona como pareja sino que también como mejor amigo y en alguien en quien confiar plenamente. El como se llevan día a día es muy importante—la chica hablaba y la pelinegra escuchaba atenta. Su prima no daba los mejores consejos, pero hoy estaba dudando de ese defecto como uno confiable. — Si realmente quieres saber cómo te sientes creo que no sería tan malo intentar algo tranquilo con Sunghoon, para probar. Después de todo nunca has tenido pareja.
— Lo sé.
— Pero quizás, en un caso sumamente hipotético, si él está interesado en ti e intentan este tipo de relación sin etiquetas oficiales y al final Sunghoon no te gusta, le romperas el corazón y no queremos eso. Así que piensa bien cómo te sientes, qué quieres y con qué ojos miras a ese chico. E intenta descifrar con que ojos él te ve a ti.
Gaeri tenía razón. No podía confesarse a Sunghoon solo por haber estado confundida una sola noche. Debía saber qué mas cosas sentía y si era verdad que podía sentir algo por él o solo es su mente haciéndole creer cosas locas por la decepción que se llevó con Taeho.
Antes de conocer a Taeho, Yaebin pensó que tal vez no sería mala idea por fin salir con alguien. Cuando encontró una fotos de ella y el nombrado juntos en los uniformes de sus respectivos colegios —iban al mismo pero separados por sexo— creyó que tal vez este era el destino haciéndole creer que su romance había llegado. Y luego del reencuentro la idea cambió rotundamente. Yaebin estaba segura que Taeho no era su tipo. Su subconsciente había creado un Taeho dentro suyo y el real terminó siendo un despelote, algo que a la pelinegra no le gustaba.
Parecía que a la única que le había gustado era a Mina.
Al parecer entre esos dos estaban naciendo la quimica. Mina siguió saliendo con Sunghoon y entre todas esas salidas la japonesa le pidió el número de Taeho a Sunghoon, Sunghoon se lo pidió a Yaebin y así la cosa fue expandiéndose. Taeho invitó a Mina a salir en la última semana de estadía allí en Namgyangju, antes de volver a estudiar al extranjero otra vez. A Yaebin le sorprendió lo bien que ellos se habían llevado. Entonces de repente sintió que el problema era ella.
Quizás Taeho también esperaba mucho de ella y lo que recibió fue charlas aburridas y poco interés.
¿Era Yaebin el problema?
Al pensar eso su pecho empezó a dolerle y un nudo en la garganta se la había empezado a formar. Quiso golpearse por sentirse de esa forma. Odiaba llorar por cuenta propia por cosas que su cabeza le hacía creer.
Eran cerca de las dos de la mañana, un viernes en la noche. No tuvo mas remedio que secar sus lágrimas, levantarse de la cama, ponerse un buzo, salir al patio delantero de su casa intentando no hacer ruido y llamar a Sunghoon. Su único amuleto de la suerte. Quizás él sí logre calmara.
Pero cuando Sunghoon atendió, se arrepintió tanto de haberlo hecho.
— No sabía que saliste, lo siento—dijo Yaebin cuando escuchó la música de fondo en la llamada.
— Tranquila, no me molesta—se escucharon un par de risas y luego la música cesó. Y cuando Sunghoon volvió a hablar se lo escuchó mas claro. — Ahora sí. ¿Cómo estás, Yaebin?
La pelinegra se tomó unos segundos para responder esa simple pregunta. Yaebin mordió su labio inferior deseando que su voz temblorosa no salga al aire.
— No muy bien.
— ¿Quieres hablar de eso?—Sunghoon sonaba mas tranquilo que nunca, su voz lograba transmitir paz a todo su cuerpo. — Estoy aquí, cuéntame.
— No quiero aburrirte con mi estúpido estado de ánimo cambiante.
— Jamás me he aburrido al escucharte hablar. Yo tuve la idea de las llamadas, así que por favor, lo que quieras charlar conmigo soy todo oídos, Yaebin, estoy para ti. Siempre ten en cuenta eso.
— Está bien... Gracias—susurró sintiéndose algo avergonzada y pequeña, pero agradecida de pies a cabeza con el chico. — Me siento insuficiente ahora mismo. Siento que valgo poco y nada. También me duele saber que me creo toda esa mierda que mi cabeza me dice. Estoy cansada de sentirme así, angustiada, perdida, sola.
— Entiendo, princesa—Sunghoon asentía mientras ella le iba contando. Se había sentado en el suelo frente al patio trasero de la fiesta en donde estaba. — Cada vez que tu cabeza intente hacerte creer esas mentiras, no debes prestarle atención porque buscan eso. Además son eso mismo, mentiras. Para poder superar algo tan molesto como luchar contra ti misma, deberás ser muy fuerte y paciente, no se logra de la noche a la mañana. Solo trata de pensar en otra cosa, ponte a hacer algo, distraete, eso ayuda mucho, Bin. Sé que lo lograrás, eres capaz de todo, hermosa.
Yaebin a este punto se encontraba llorando. Necesitaba esas palabras pero no era capaz de decirlas ella misma. Como había dicho Sunghoon, le llevará muchísimo tiempo el lograr no creer las mentiras por su cuenta, pero haría todo lo posible por lograrlo. Porque Sunghoon creía que ella podría hacerlo, solo necesitaba la fe de alguien para no defraudar.
Hubo un momento que Sunghoon pudo escuchar el ruido de la respiración mocosa de Yaebin, ahí fue cuando sintió la necesidad de estar a su lado.
— ¿Estás en tu casa?—le preguntó.
— Sí.
— Pásame la dirección.
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LONELY ━━ park sunghoon
FanfictionHISTORIA CONECTADA CON "Feelings" ⠀ El amor duele, te da nervios, te hace sentir vivo, te hace tener a alguien por quien levantarte todas las mañanas, aunque a veces puede salir mal, como lo fue para Sunghoon. Esta es la historia de como Park Sungho...