Ayato #3

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Al llegar a la hacienda Ayato sacó a Rosé aun con una mano tapando su boca y con la otra agarrándola de la cintura, a este punto Rosé ya ni siquiera se resistía, estaba borracha de deseo, tantas veces había soñado estar así con Ayato y ahorita todo se haría realidad.

-Ouch- Jadeó la chica mientras chocaba con el suelo, Ayato cerraba la puerta con seguro y se recargaba en ella viendo a Rosé.

Su apariencia era muy pulcra, su peinado se mantuvo en su lugar en todo momento, su maquillaje intacto y Ayato no podía esperar a arruinar todo eso. Rosé lo miraba desde el piso con la cara roja y su ceño fruncido, ella ya se estaba imaginando una fantasía romántica con él, sin embargo terminó en el piso mientras él la miraba de una forma muy rara.

-Nadie va a venir por al menos tres horas, no sirve de nada resistirse- Dijo por fin Ayato caminando a su closet para sacar algo- de igual manera no creo que lo hagas, estuviste toda la noche provocándome sin pensar que se te podía aparecer un monstruo...

Rosé rió incrédula mientras se levantaba y acomodaba su vestido- ¿Y qué me va a hacer señor Ayato?- preguntó ella restregando sus senos en el brazo de Ayato.

-Esto- su mano encerró el cuello de ella apretando mientras la azotaba contra la pared, la expresión de la joven cambió enseguida y ya no había ninguna pizca de burla en su cara- ¿Te crees muy chistosa? Toda la noche estuviste haciéndolo a propósito, lo mejor del caso es que ni siquiera creo que esto te asuste porque es lo que querías desde el principio-

Es cierto que Rosé lo conocía muy bien y sabía cómo se veía enojado, pero esta faceta nunca la había conocido, ella enterraba sus uñas en su mano para que la soltara y le dejara tomar aire, como pudo dijo:

-Al fin te das cuenta de lo que te perdiste por inmaduro- Ayato la soltó y ella cayó de nuevo al piso, sus manos corrieron a su pecho tratando de respirar mejor-

-¿Y qué si ahora si lo quiero?- contestó él sonriendo- ¿Me vas a decir que todo lo de hoy era solo para Thoma? No lo creo-

Rosé apartó la mirada, su juego se le había salido de las manos y ahora estaba atrapada con Ayato, que al parecer solo la quería regañar...

Ayato volvió por lo que estaba buscando mientras la chica se quedaba metida en sus pensamientos, sacó una cuerda y se acercó a ella.

-¿Que es eso?- Rosé se puso en pie rápidamente pero fue acorralada por la gran figura de Ayato.

Él se mantenía sereno mientras tomaba a la chica y amarraba sus manos por detrás de su espalda, ningún intento de escape le funcionaría pues su fuerza no era nada comparada con la de él, apretó su cintura para acercarla a él y presionar su trasero contra su erección.

-Vamos a jugar Rosé- Continuó mientras desabrochaba los lazos del vestido de ella- Toda la noche estuviste provocándome y ahora me toca a mi devolvértelo-

Rosé lo miraba con los ojos bien abiertos, ¿quién diría que el tan respetable Ayato se convertía en esto cuando se calentaba un poco? Su vestido desapareció en un abrir y cerrar de ojos, ahora solo le quedaban sus pequeñas bragas y sus calcetines.

Ayato admiraba cada parte del cuerpo de la chica, sus pezones rosados gritando porque los apretara entre sus dedos, se acercó a ella para acostarla sobre el piso, sus manos se dirigieron a su punto dulce sobre el que comenzó a acariciar por encima de sus bragas, Rosé no tardó nada en comenzar a mojarse mientras reprimía jadeos y gemidos.

Una de sus manos subió a pellizcar uno de los pezones de ella, quien ahora si dejó escapar un pequeño grito- A-Ayato- Dijo con tono de súplica Rosé.

-¿Mmm?- Tarareó el mayor mientras miraba el poema que eran las expresiones de la chica-

-Qui-Quítalas por favor- Pidió Rosé después de que Ayato subiera la intensidad de sus caricias en el clitoris de ella-

Genshin impact one shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora