Genshin impact one shots +18

Kaeya #1

( El personaje se llama Azul, su visión es hydro, cabello rubio, no muy alta y usa espada ligera)

¿Que cómo fue el primer encuentro de nuestros protagonistas?
Cosa rara, verán, Azul y Kaeya se conocen de mucho tiempo, ambos entrenaban para entrar a los caballeros de favonius, incluso desde antes se reunían seguido en el viñedo del amanecer ya que Azul era muy cercana a Diluc, quien la veía como a una hermana menor y trataba de cuidarla y estar al pendiente de ella porque sus padres casi nunca lo hacían.

Así que los tres entraron casi al mismo tiempo a la organización, al poco tiempo Azul consiguió su visión cuando salvó a su madre de un destino terrible a manos de unos magos del abismo, casi perdiendo su vida en el intento. Ese día afuera de la catedral se encontraban todos esperando por noticias de la pequeña chica rubia, los rumores se esparcían rápido y todos querían ver si era cierto que había obtenido una visión.

Mientras Diluc se mantenía cerca de la muchacha, Kaeya siempre mantuvo su distancia, claro que no era grosero con ella ni nada, digamos que era indiferente hacía la chica y ella hacía él, hasta que lo ascendieron a capitán de caballería y a ella la pusieron como su subordinada, los dos pasaban demasiado tiempo juntos ya que básicamente el moreno la usaba como asistente personal. Azul se encargaba de ir por su comida y café, papeles e incluso organizar las citas del chico quien era lo suficientemente descarado como para hacer eso.

-buenos días Capitán- Azul hizo una pequeña reverencia ese día por la mañana- Ya está su orden y lo que me encargó ayer.

-Oh querida, siempre tan linda y servicial- Kaeya sonrió mientras acariciaba la cabeza de Azul.

La chica se retiró mientras rodaba los ojos. Y es que todos los días era igual, casi siempre al salir del trabajo se encontraba con Diluc quien siempre se enojaba demasiado por todo el trabajo que Kaeya hacía que hiciera.

-Buenas noches, ya cerra... Oh eres tú- El pelirrojo saludó con una pequeña sonrisa a la chica mientras ella se dejaba caer en una silla en la barra con cansancio- Mira la hora Azul, es demasiado tarde y tu a penas sales, deberías dejar eso, le pagan más a Kaeya que a ti y tú haces todo su trabajo.

-Lo siento maestro, creí que terminaría más temprano- La rubia sonrió mientras delineaba la madera con sus finos dedos- Estaba haciendo papeleo del Capitán.

-Lo único que me da consuelo es que al menos Kaeya no te mira como mira a todas las mujeres- Azul rodó los ojos mientras acostaba su cabeza en la barra- No podría perdonarle que se acercara a ti de esa forma después de que crecimos juntos y eres más que una hermana para nosotros.

Los días pasaban lentos y Azul comenzaba a pensar que lo mejor sería cambiar su estilo de vida, alguna vez escuchó esas historias donde la chica cambiaba de imagen y de pronto todo le salía bien.

-Quizá podría intentarlo- Pensó el día que miraba su uniforme, cambió los pantalones sin forma a unos ajustados que contorneaban su trasero de una forma increíble, ajustó más su camisa y pidió que le retiraran las mangas, su escote ahora era exquisito para cualquiera que la mirara.

La primera vez que Diluc la vió entrar así en la taberna se sorprendió al notar por primera vez que aquella niña con la que jugaba a las escondidas ya era toda una mujer, sin embargo eso no lo impidió a decirle que se cubriera más y que no se le acercara nadie porque estarían en problemas con el dueño del viñedo. Kaeya por su parte comenzó a acercarse cada vez más a la chica, incluso pidió que movieran su escritorio a su oficina para estar siempre con ella.

-Pero mira Que tenemos aquí- Lisa entró a la oficina de ambos mirando sin descaro los senos de Azul- Un pajarito me dijo que te hicieron mudarte a esta oficina porque todos querían que fueras su subordinada.