𝑺𝒕𝒂𝒓𝒄𝒐𝒖𝒓𝒕 [𝑺𝒕𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆]

☭ [ꜰʀᴏᴍ ᴇɴᴇᴍɪᴇꜱ ᴛᴏ ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀꜱ] ☭

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Steve Harrington y yo éramos mejores amigos. Y la forma tan estúpida en la que nos hicimos amigos fue increíble.

-De acuerdo, el ensayo final de historia será en parejas. Parejas que yo misma escogeré- movía mis pies de forma desesperada.

No había manera en la que me gustara historia, pero ni un poco.

Un sonido en la puerta nos hizo girar la vista a todos, donde se encontraba aquel tipo tan desagradable.

Alto, castaño, medianamente musculoso, bien vestido, con lunares y su estúpido bagel de todos los martes y jueves.

-Qué grata sorpresa señor Harrington. Otra vez tarde- el castaño sonrió de manera incómoda mientras caminaba hasta su lugar.

Una vez más dejando un rastro de migajas en el suelo.

El maldito y desagradable aroma del tocino y el huevo inundaban mis fosas nasales. Era una desgracia que el rey de Hawkins tuviera que sentarse a mi lado.

La señora Click comenzó a nombrar las parejas mientras yo intentaba diseñar en mi libreta un logo para mi banda.

-Edward Munson y Steve Harrington- nos mencionó y ambos pusimos la vista al frente. -Trabajaran juntos- ambos nos miramos con disgusto para después mirarla a ella. El primero en hablar fue Steve.

- ¿Con el friki Munson?

- ¿Con el idiota Harrington?- pregunté con burla y él rodó los ojos.

-Sin discusiones ni apodos. Harán el trabajo con la persona que les asigné y no pienso discutir más. A menos que quieran reprobar y quedarse otro año más en la preparatoria.

¿Reprobé de igual forma historia con la señora Click?

Sí, probablemente.

Pero ese era tema para otro momento.

Teníamos roces y discusiones al principio, nuestras personalidades no eran para nada similares, pero, de un día a otro Steve se había convertido en una persona nueva. Extrañamente amable para ser Steve Harrington de quién estábamos hablando.

Y básicamente sin darnos cuenta nos habíamos convertido en amigos.

Amigos que se contaban y ayudaban en todo.

- ¿Debería llevarle rosas o tulipanes?- preguntó posando sus manos en su cintura y yo lo miré.

-Para empezar ¿Por qué vas a pedirle disculpas? Ella fue la que te dijo que todo era mentiras, mentiras. Y ni siquiera fue capaz de decirte que te amaba.

-Sí, ya lo sé, pero aún así todos estos meses fuí un idiota. Escribí cosas obscenas sobre ella en un lugar público ¿Te conté eso?

-Como unas tres veces- respondí jugueteando con las cuerdas de la guitarra mientras me encontraba recostado contra el respaldar de mi cama.

-Eddie, no estás siendo de mucha ayuda ¿Sabes?- quitó la guitarra de mis manos para ponerla en la cama.

-Amigo, esto es una mierda, es lo único que puedo decirte ¿Okey?

-Sirve de algo y acompáñame- lanzó las llaves de su auto al aire para después atraparlas.

- ¿Qué pretendes?

-Sólo ven- hizo un ligero movimiento de cabeza y a regañadientes me levanté de la cama para seguirlo.

-Creí que nos habíamos reunido para arreglar tu asqueroso ensayo para la universidad- suspiré con frustración mientras arrastraba los pies.