☭ [ᴛʜᴇ ᴋɪɴɢ & ᴛʜᴇ ꜰʀᴇᴀᴋ] ☭

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Me tiraron sobre un banco de concreto, golpeándome fuertemente la cabeza contra la pared.

Los sujetos que me arrojaron salieron de la habitación dejándome completamente solo en el frío y solitario cuarto.

Me iban a torturar, eso era un hecho. Incluso sabía que podrían matarme, no podía hacer nada, lo único que tenía que hacer era no lucir débil ante esto, después de todo, también era un héroe fuera de D&D.

Después de pasar demasiado tiempo solo, se adentraron al lugar dos tipos uniformado como los cientos que había fuera.

-Escuchen, la policía me ha interrogado las suficientes veces como para no tenerles miedo, bastardos soviéticos- escupí moviendo mis brazos y piernas que se encontraban atadas.

-Cierra la boca- uno de ellos golpeó mi abdomen logrando encogerme del dolor.

-Escucha bien, pequeña basura estadounidense- el tipo quien parecía ser el general, tomó mi cabello obligándome a mirarlo. -Vamos a hacerte unas cuántas preguntas, y si tus respuestas no coinciden con las del bastardo americano que tenemos en la otra habitación...- apartó la mirada de mi para ponerla sobre su compañero detrás de él quién apretó sus puños con fuerza. El tipo volvió la mirada a mí y yo lo observé. - ¿Quedó claro...- tomó la pequeña placa en mi uniforme. -Edward?- asentí ligeramente conteniendo mis ganas de darle un golpe con mi cabeza. - ¿Cómo te llamas y cómo entraron aquí?

-Me llamo Edward Munson, trabajo en Scoops Ahoy y llegamos aquí porque una de nuestras últimas entregas no llego a nosotros. Asumimos que tal vez se había quedado en alguna de las bodegas. Al llegar a la suya, caímos en una especie de elevador, y ahí encontramos una mierda extraña...- respondí entre dientes mientras él aún me sostenía del cabello y me miraba con detenimiento.

- ¿Extraña? ¿Qué fue lo que encontraron exactamente?

-No lo sé uh... Era un... Un estúpido frasco con una sustancia verde. La mierda tenía la capacidad de derretir cosas- entrecerró los ojos mientras asentía. -Escuche, si fueron capaces de hacer algo así, seguramente tienen alguna especie de arma que borre la memoria o algo similar. Son muy inteligentes así que seguramente la tienen. Pueden borrar mi memoria y la de mi amigo y solamente dejarnos libres, nada de esto ocurrio- el general apartó la vista de mí para ponerla en su compañero. Dijo algo en ruso que no pude comprender y se echaron a reír.

Las risas cesaron y me miró de nuevo con su intensa mirada profunda.

- ¿Para quién trabajan?

-Acabo de decírselo, trabajo para Scoops Ahoy, es una maldita tienda de helados. ¿Acaso no ve mi estúpida ropa? ¿En verdad cree que me gusta vestir así? Yo ni siquiera quería trabajar ahí, acepté el empleo por mi amigo el que está en la otra habitación- respondí rápidamente, con incertidumbre de no saber qué me harían.

- ¿Sabes qué huelo, Eddie?- preguntó soltando mi cabello y miré con terror al tipo que me golpeó el estómago. -Huelo mentiras. Y a los rusos no nos gustan las mentiras- puso sus manos detrás de su espalda para retroceder dos pasos y hacer un movimiento de cabeza.

-No, no, esperen, esperen- me moví dificultosamente cuando un puño ya se encontraba estrellándose en mi rostro y después en mi abdomen.

Sentí un líquido caliente chorrear de mi nariz y por instinto tiré mi cabeza hacia atrás. Pero el jalón en mi cabello regresó mi cabeza hacia el frente.

-Voy a preguntártelo una última vez- lo miraba de forma borrosa intentando mantener los ojos abiertos. - ¿Para quién trabajan?

-Ya se lo dije- respondí con el aliento que aún tenía. -Trabajamos en el estúpido Scoops Ahoy de mierda- musité con boca temblorosa.

𝑺𝒕𝒂𝒓𝒄𝒐𝒖𝒓𝒕 [𝑺𝒕𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora