#19. La verdad

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Félix caminaba con las manos en sus bolsillos, practicando mentalmente lo que le diría a Marinette, porque decidió que hoy era el día, no podía seguir dejando pasar el tiempo, Shadow Moth está escalando, al punto de llegar a otros países ¿Qué pasaría si algún día ellos no llegan a tiempo para derrotarlo? ¿Cuántos daños irreparables dejará? Así que ya es hora de decirle a Ladybug la identidad del villano de París, es momento de que sus agravios lleguen a su fin.

-¡Félix!- los padres de Marinette lo recibieron como siempre, con aquel abrazo cálido que está vez no lo tomó por sorpresa y correspondió, ya que algo en él le dice que está será la última vez que lo recibirá.

-Hola- saludó con una media sonrisa, la señora Sabine avisó que Marinette estaba en su habitación y se dirigió ahí a pasos lentos.

-Tranquilo, todo saldrá bien, ella lo entenderá- murmuró Trixx tratando de calmarlo, anoche Félix le contó toda la verdad y contrario a lo que el rubio pensaba el kwami solamente lo abrazó y le dijo que se arrepiente tanto de detenerlo aquel día que iba a pedir el deseo.

-No lo hará- contestó con tristeza el joven, él sabe que Marinette no se lo tomará bien y está en todo su derecho.

-Trixx, tal vez está sea la última vez que yo sea tu portador...

-Shh, no digas estupideces Félix, ella lo entenderá y volveremos a la casa, juntos, como siempre- el chico esbozó una sonrisa decaída, va a extrañar tanto a Trixx.

-¿Puedo pasar?- preguntó, después de escuchar la afirmativa entró por la escotilla.

-¡Hola Fel!- saludó la chica con rebosante alegría.

Graham notó que Marinette a la par de las escaleras para llegar a su cama hizo un círculo de cojines y en medio de estos hay una variedad de postres.

-Hola Mari- contestó el rubio fingiendo ánimo, para su buena suerte la azabache no lo notó.

-Ven, hice varios postres, espero que te gusten- lo tomó de la mano y lo arrastró hacia los cojines donde lo sentó mientras ella le servía en un plato 3 croissant de chocolate, el favorito de Félix, luego empezó a servir un vaso de jugo pero se le derramó.

-Dios, lo siento- ella corrió a buscar un trapo para limpiar, maldijo mentalmente su torpeza.

-Ya está limpió, dejaré esto aquí por si ocurre otro accidente aunque espero que no sea así o sino arruinaré todo y eso no puede suceder, no...

-Marinette- la llamó Félix tratando de atraer su atención, ella no lo escuchó y seguía balbuceando cosas sin sentido.

-Marinette cálmate, todo está bien- volvió a intentar pero nada.

-¡Catarina!- elevó la voz y la tomó de los hombros, la chica reaccionó.

-Lo siento, lo siento- el rubio negó atrayendola en un abrazo, la fragancia de Félix inundó sus sentidos llenandola lentamente de calma.

-Gracias Fel- murmuró alejándose suavemente.

Él asintió y volvieron a sentarse, está vez él sirvió el jugo también el postre para ella, sabía cual es su favorito, el macaron Ispahan.

-¿Te gusta?- preguntó ella cuando él probó uno de los postres.

-Me encanta- esa respuesta la relajó inmediatamente y ambos continuaron comiendo.

-Félix tengo que decirte algo- inició tomando una profunda respiración para calmar los nervios.

-Yo también- eso ilusionó a la chica pensando que tal vez él también se declararía.

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