Liberación

#15. Scarabaus

Y la última dedicación es para: Andrealop4

-¡Ay papá me siento tan mal, en verdad me duele tanto el estómago!- exclamaba Marinette con excesivo dramatismo.

-¿El estómago? ¿No habías dicho antes que era la cabeza?- negué lentamente, deberás tiene que aprender a mentir.

-Sí, también eso ¿Verdad Félix?- asentí dudoso.

Ahora que lo pienso, paso la mayor parte del tiempo en casa de Marinette, no entiendo como sus padres no se molestan por eso.

-No arrastres a Fel en esto, vamos, tenemos que irnos, tu tía Shoui no es tan mala, sé que podemos soportarla por un fin de semana- lo último lo dijo en voz baja.

-¡Te escuché Tom!- exclamó la señora Sabine haciéndonos reír a Marinette y a mí.

-Vamos, toma tus cosas y baja, somos una familia y enfrentamos juntos las catástrofes de la vida- dijo bajando por las escaleras.

-¡TOM!- le regañó de nuevo la mamá de Marinette.

-Dios, he usado todas las excusas que conozco y no sirvió ninguna ¡Félix! ¿Qué voy hacer? Ladybug no puede abandonar París- me preguntó viéndome con súplica, los kwamis salieron de su escondite.

-Pero tampoco puedes abandonar a tu familia ¿Y sí usas a Kaalki? Si hay un problema yo te avisaré- ella negó cubriéndose la cara.

-No podré, no me dejarán sola por ningún segundo, Félix no sé que hacer- hice una mueca y me acerqué a abrazarla ya que en verdad se ve angustiada.

-Hey cálmate ¿Sí? Algo se te ocurrirá- ella elevó su rostro, estando muy cerca del mío, me puse nervioso pero traté de disimularlo así que me alejé lentamente.

-Gracias, está bien, pensaré en algo en el trayecto- tomé su maleta mientras ella llevaba su bolso deportivo.

Bajamos a la sala en donde estaban sus padres.

-Oh Félix ¿Estás seguro que no quieres acompañarnos? No habría ningún problema- me dijo doña Sabine viéndome con cariño.

-Muchas gracias señora Dupain-Cheng pero mí madre se irá el domingo y quiero pasar estos dos días con ella- Sabine asintió con una gran sonrisa.

-Está bien ¿Vas a acompañarnos a la estación?- miré a Marinette que me hizo una seña con las manos de que dijera que sí.

-Por supuesto- afuera nos esperaba la camioneta de un amigo del señor Tom, sus padres me veían maravillados al ver que subí la maleta de Marinette.

-Eres todo un caballero- sonreí algo avergonzado ya que la señora Sabine me acarició el cabello.

Subimos y después de unos minutos llegamos a la estación de tren, Marinette había estado callada todo el trayecto y admito que eso me preocupa.

-Nos vemos pronto- me dijeron ambos señores dándome un abrazo -Marinette te esperamos en el tren, no te demores, el tren está apunto de salir- la azabache asintió con una media sonrisa.

-Se me ocurrió una idea- soltó girandose a verme cuando sus padres ya no estaban cerca.

-¿Entonces?- la miré con curiosidad.

-No hay otra opción- se empezó a quitar los aretes, tomó mí mano haciendo que me recorriera un escalofrío y los colocó junto con la llave de su casa.

-¿Pero qué?- abrí la boca totalmente perplejo.

-Si no hay supervillanos no harás nada, pero si hay tendrás que ser Ladybug- mis ojos se abrieron a tope.