Estaba tranquila caminando por los pasillos del instituto, pensado en las pendejadas que haríamos hoy con la pandilla; teníamos una agenda ocupada, hoy cantaremos cómo señoras después de su décimo divorcio, después probaremos dulces randoms que encontremos y ya después veremos qué más hacer.
Cambiando de tema, según tenía entendido estudiaba en el mismo lugar que Emma, la hermana del comandante.
Mikey me había encargado que cuidara a Emma con mi vida, y así lo haría, pues se lo debía y no tenía por quien más sacrificarme o por quien vivir.
Se oyen muchos gritos en la parte de atrás, exactamente en el patio trasero, maldita sea, no hay un día sin que las estupideces y pendejadas vinieran a mí, pero bueno eso ya era parte de mi rutina.
-Kaly! Dame mi celular! Regrésamelo!- se miraba a una pequeña rubia de no más de 1,50 y tengo la idea de que es la hermana de el comandante, ya que es idéntica a como la describió Ken.
Rubia, ojos grandes y color ámbar, pequeña y de piel algo bronceada.
-No, no te lo entregaré hasta que me des la contraseña- esa castaña no quería regresar el celular y a mi se me acababa la poca paciencia que poseía.
Las castrosas era lo que me quitaba la paciencia.
-dámelo o tendré que hablar con la profesora Alejandra!- la hermana del comandante intentaba no recurrir a mayores.
-Dame la contraseña ahora o te lo estrelló contra el maldito piso- empezaron con sus jodederas.
-No!- Emma se negó.
-Que escondes Sano! Solo quiero el número de ese chico rubio, el alto- creo que hablan de Draken, ah, Draken si que es un casanova.
-No escondo nada! El es como mi hermano y no puedo darte la contraseña!- Ella ya estaba cabreada y yo aún más, pero quería ver hasta donde llegaban.
Cuando vi que ya estaba apunto de lanzar el celular me acerqué rápido.
-Oye, no crees que es de mala educación quitarle sus cosas!- le arrebate el celular de las manos.
- Y tu que te metes- dijo con asco, pero parecía intimidada por mi altura. Hija de puta.
-Yo te doy el número de Draken- le dije con la poca paciencia que tenía. No sé lo pensaba dar, en el pecho tenía un pequeño mariposeo un poco doloroso.
-Ya me agrada!- dijo ella emocionada, que ingenua.
Me entregó su celular y aproveché para hacer lo que cualquiera hubiera hecho en mi lugar o eso creo.
Aventé el celular tan fuerte como pude, término del otro lado del patio y posiblemente con toda la pantalla quebrada.
-qué carajos te pasa!?- me grito la chica mientras decía no sé qué tantas cosas.
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𝕋𝕣𝕠𝕦𝕓𝕝𝕖𝕞𝕒𝕜𝕖𝕣 (𝔻𝕣𝕒𝕜𝕖𝕟 𝕩 𝕥𝕦)
Short Story𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚, 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐭𝐢𝐜𝐚, 𝐞𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐭𝐮 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞. Nadie sabía controlar a esa joven de cabellos rojos, era un desatre andando, no respetaba a nadie y ayudaba a muchas personas sin importar quien era. -Me vale...