𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚, 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐭𝐢𝐜𝐚, 𝐞𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐭𝐮 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞.
Nadie sabía controlar a esa joven de cabellos rojos, era un desatre andando, no respetaba a nadie y ayudaba a muchas personas sin importar quien era.
-Me vale...
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Después de la cena de navidad, año nuevo lo pasamos con la familia de Ken, la familia Sano y su padre.
Ese año, casi se disuelve la Tokyo Manji, algo casi nos separó, si no hubiera sido por la insistencia de Takemichi, todo se hubiera fragmentado.
Kenny este año cumplía 18 años, estaba pensando en que hacerle, quería que pasáramos su cumpleaños juntos y sería lindo
Ahh, que problema, todo se me complica siempre. Hablaré con Mitsuya para ver qué hacerle a Kenny.
Estábamos en reunión de pandilla, obviamente la reunión familiar, estábamos en McDonald's, yo sabía que era por Mitsuya y nuevamente me ofrecí a pagar la comida de Mana y Luna.
-No pienso ceder- dije manteniendo mi posición.
-Ahhh... Vale, tu paga lo de Luna y yo lo de Mana, vale?- dijo el ya cansado.
-Me parece justo- dije y llame a Luna
Ordenamos y después de eso les compré un helado.
Ken soltó una risilla al ver cómo era con Mitsuya.
Al rato estábamos en la plaza, Hina y Takemichi estaban jugando, era algo raro pero, se miraban tiernos así. Eran el uno para el otro, de eso no cabía duda alguna sobre ello.
-Hina, por más que lo intentes no funcionará- había estirado su brazo y apenas si lograba tocar completamente el cabello de Hanagaki.
-Quiero ver qué lo intentes con Draken-kun, no te será difícil- sonreí y me levanté.
Está enana me quería retar y sabía que los retos yo me los tomaba enserio.
-Cariño- el ya venía, se colocó frente a mi y yo estire el brazo.
Ambos nos reímos, el estiró su brazo y tomo mi mano. Ambos mediamos lo mismo.
-Si funciona- dije con burla.
-Aah! No vale, ambos tienen el mismo tamaño- ella hizo un puchero tierno y yo morí de ternura.
-Pero- Hakkai nos interrumpió- Draken está un poco más alto que T/n-chan- el nos miro con cuidado.
Yo lo voltee a ver y al parecer era real.
-Es más que obvio, a Ken-chin le falta crecer, el será un gigante- dijo Mikey extendiendo sus brazos de manera algo adorable.
Lo mire con ternura. Kenny se rió y luego contesto de mala gana.
-No digas tonterías, idiota- posó su mano sobre mi cadera- T/n también es alta, más que tú de hecho- dijo a manera de burla y Mikey me miró.
-T/n! Ken-chin me está molestando!- yo mire a Ken tratando de no reírme.
-Amor- no pude más y estalle en carcajadas.
Todos se rieron junto a mi, la verdad esto era muy gracioso.
Después de una o dos horas con los chicos, Ken y yo nos separamos de ellos.
-Que lindo te ves sonriendo- el me miro y tomo una bocanada de aire.
Kenny estaba sonriendo más de lo normal. Eso era lindo.
-Es porque quiero pasar todo el tiempo posible contigo, además, me estás haciendo el hombre más feliz del mundo- el beso mi mejilla.
Lo mire a los ojos y tome su mano.
-Estas emocionado, no?- dije curiosa.
-Esta semana abriré oficialmente mi taller, cómo un negocio oficial, no solo como un simple taller de los clandestinos- le sonreí- y eso lo quiero celebrar contigo- sentí como mi corazón se aceleró.
-Entonces, celebremos!- dije emocionada.
Una señora iba pasado por ahí, tenía no sé que tanto en los brazos, no presté atención para ser sincera.
-Dame un segundo cariño- dijo el y se alejo rápido.
Quede desconcertada pero, igual lo espere, el regreso y me tendió un girasol, lo mire con emoción. Los girasoles eran mi flor favorita.
-Con este girasol, te prometo ser el mejor mecánico y empresario de Japón, prometo darte la vida que mereces- el me miró facinado.
-Ya me has dado la vida más hermosa que he tenido, puedo estar feliz de eso- dije con mi mirada en sus ojos.
No podía pedir algo más que esto, Ken era lo único que necesitaba.
